Ayer domingo Madrid vivió una jornada histórica. Más de medio millón de cazadores acudieron a la capital de España formando una marea naranja que inundó todo el recorrido previsto, desde la Estación de Atocha hasta el Ministerio de Transición Ecológica.

Aunque en un principio había prevista una asistencia de más de 200.000 personas, finalmente la afluencia de público del mundo rural fue muy superior, de hasta 500.000 asistentes, según la organización. En su inmensa mayoría eran cazadores, aunque los grandes medios generalistas han ignorado esta cuestión y han quedado relegados a un segundo plano en las noticias. Pero ¿Por qué acudieron esos cazadores allí. Entre otras cosas, para protestar contra la reforma del Código Penal y el Anteproyecto de la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, unos planes del Gobierno que ponen en jaque al futuro del sector. Pero había muchas más razones.

Algunas modalidades perdidas o amenazadas por las que protestarán los cazadores

Durante estos años, las políticas ecologistas y animalistas han acabado con modalidades cinegéticas como la contrapasa, una de las de más arraigo del norte de la Península. Fue prohibida en virtud de las normativas europeas y la ley nacional de Espacios Naturales. Desde los citados lobbies trazaron un plan para ir acabando con ella centrándose en atacar diferentes objetivos.

También acabar con el silvestrismo fue una de los primeros éxitos de los anticaza y el perfecto ejemplo de cómo consiguieron acabar con una modalidad por motivos ideológicos. SEO/BirdLife y Unidas Podemos trazaron aquel plan. Sucedió lo mismo con la caza de la tórtola y, tal y como adelantó Jara y Sedal en exclusiva, la prohibición de la caza de esta especie llegó a toda España se hacía oficial.

El conejo es otro de los objetivos de los grupos ecologistas y por los cuales los cazadores se manifestarán el próximo domingo en Madrid, ya que según la última revisión de la Lista Roja de Especies Amenazadas, se encuentra en la misma situación de vulnerabilidad que especies como el lince ibérico debido a que, según argumentan, «la densidad de la especie ha disminuido en España, Portugal y Francia desde 2008». Llama la atención semejante afirmación cuando son miles los cotos de caza que tiene que solicitar permisos especiales de captura de conejos debido a los daños a la agricultura que esta especie provoca, además de las comarcas de emergencia cinegética que tienen que ser aprobadas cada año en diferentes regiones para atajar su sobrepoblación. Pero no ha sido el conejo la única especie cuya catalogación ha cambiado, también le ha sucedido a la perdiz roja y la codorniz que ahora aparecen como «casi amenazada» usando datos sesgados.

Miles de cazadores en la Castellana de Madrid. © Ángel Vidal
Miles de cazadores en la Castellana de Madrid. © Ángel Vidal

Los perros de caza y los vídeos de caza, amenazados por la ley de bienestar animal

Los perros de caza también quedarán incluidos en la futura ley de protección y bienestar animal según el proyecto de ley de bienestar animal que recibió el pasado 18 de febrero el visto bueno en el Consejo de Ministros. Entre otros puntos, los cazadores que cuenten con perros tendrán que constituirse como criadores en caso de que quieran cruzar a sus animales y prevén que el mecanismo se desarrolle a través de reglamentos autonómicos. Por este y por el resto de motivos citados, los cazadores estarán presentes el domingo en Madrid.

Además, el Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales del Gobierno prohíbe la filmación de documentales en los que se muestre la muerte del animal. A continuación exponemos el vídeo que resume a la perfección las razones por las que es necesario acudir a la manifestación de este 20 de marzo en la capital de España.

La Reforma del Código Penal para criminalizar a los cazadores

Y por último, una de las amenazas más importantes y de los principales razones de la protesta es la reforma del Código Penal que ha puesto en marcha el Gobierno. Esta pretende extender la protección con la que cuentan los animales domésticos a toda la fauna salvaje, tras lo cual podrá ser castigado con penal de cárcel de seis meses a dos años y medio «quien maltrate a un animal vertebrado».

Además el texto propone que a la hora de la condena actúe como agravante el uso de «armas, instrumentos, objetos, medios, métodos o formas concretamente peligrosas o dañinas para la vida del animal». Esto implicaría la prohibición de caza con cualquier tipo de arma. Pero aún hay más: de ser aprobado también podría ser utilizado para poner fin a la caza con perros o, incluso, la cetrería, al considerar también como agravante el «haber utilizado otro animal como instrumento para causar lesiones». Te explicamos por qué es tan grave en este artículo.