Cuidar la caza es cosa de todos los que vivimos por y para la actividad cinegética. Con todos los ataques que nuestra forma de vida recibe, debemos ser más cuidadosos si cabe y dar una conducta ejemplar al resto de la sociedad. Aquí te dejamos siete cosas que puedes hacer para ayudar a que esta pasión tenga futuro.
20/4/2019 | Redacción JyS

Los niños son el futuro de la caza
Foto: Ángel Vidal

Conviértete en un mentor para los jóvenes que te rodean
No todos los jóvenes tienen un familiar mayor que cace, aunque la mayoría nos hayamos iniciado en este mundo a través de uno. Si en tu pueblo, ciudad o vecindario hay un joven que se interese, no lo dudes y conviértete en su maestro. Enséñale todos tus conocimientos y tu pasión por el campo y los animales, tal y como lo hicieron contigo.
Tienes en tus manos la oportunidad de cambiar la vida de cualquier chico, sea familiar o no, pero debes preguntarles a los de tu entorno, no hay otra fórmula para saber si les interesa.
Empieza por cosas básicas como encontrar rastros o encames, que te ayuden a poner o arreglar bebederos y comederos, y que te acompañen en jornadas cortas al principio para que no se aburran.

Enseña a quien te acompañe tu amor por la naturaleza

Debemos demostrar que los cazadores somos los que más cuidamos el monte. Y esa enseñanza debe empezar por las nuevas generaciones. Desde el simple gesto de recoger toda la basura que nos encontremos, pasando por levantar el rifle o la escopeta ante una madre con crías sin llegar ni siquiera a apuntarles, hasta inculcar valores como aprovechar al máximo la carne de la pieza que nos ha otorgado su vida. Si realizas tareas tan sencillas como esas, estarás dando un gran ejemplo a los nuevos cazadores y a toda la sociedad.

Corrige a los jóvenes

Nadie nace sabiendo, y cuando se trata de portar un arma toda precaución es poca. Inculca a los más jóvenes de tu grupo el respeto por los demás. Esto incluye respetar la mano, no cortar los pasos en los puestos, poner el seguro mientras no vayas a disparar… y corregir siempre los malos hábitos, tanto en acciones como en la postura que tienes al tirar. Nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero cuando veas un error no tengas miedo de corregirlo. Así podrás evitar males mayores.

Regala tu viejos archiperres

Seguro que tus comienzos tampoco fueron fáciles. Tu primera escopeta, tu primer perro… quizá los compraste con sudor y lágrimas, o quizá alguien mayor que tú te los regaló. Pues tú haz lo mismo: ayuda -dentro de tus posibilidades- a aquel joven que realmente lo necesite, que no deje la actividad cinegética por falta de medios. Cédele tu vieja escopeta que ya no usas, regálale un cachorro si lo está buscando… Si entre los cazadores no somos solidarios, nadie lo será con nosotros.

Ofrece alternativas de pago

¿Algún joven cazador o cazadora -y alguno no tan joven- quiere iniciarse en tu coto y no puede pagar del todo? Entonces, podrías proponerle realizar trabajos en la finca. Seguro que no te pone ninguna pega. En todo coto hacen falta manos para arreglar comederos y cebaderos, alguien para que los rellene, alguien que se encargue de arreglar caminos, limpiar tiraderos… Pues que se encarguen quienes no puedan pagar las cuotas a cambio de cazar.

Enseña a las futuras generaciones a rebatir con argumentos los ataques

Por desgracia el argumento del “y tú más” es el que impera en discusiones cotidianas de diversa índole. Pero esto no nos vale a los cazadores.
Debemos plantear argumentos firmes contra los ataques que tienen por objetivo acabar con la caza. Los grupos anticaza quieren que el colectivo de cazadores entre al trapo de insultos, pero debemos contestar con cifras, con datos contrastados. Debemos ser coherentes y enseñar todos los momentos que representan la caza, desde las reuniones con amigos, hasta la cocina de la carne. Y siempre mantener el respeto, sobre todo en redes sociales donde no sabemos dónde pueden llegar nuestras palabras.

Actúa como ejemplo

Sí lo que quieres es crear cantera, lo mejor que puedes hacer es predicar con el ejemplo. Practica una caza ética, sin sufrimiento para los animales y respetuosa con el medio, sé respetuoso con tus compañeros y con el resto de la sociedad y siéntete orgulloso de demostrar tu entusiasmo por la caza. Sólo así lograrás mayor aceptación por parte de los jóvenes que seguirán un día tus pasos.
Las redes sociales pueden ser una gran herramienta si se utilizan con cabeza. No enseñes fotos cruentas, mejor que mostrar el final de una cacería enseña el proceso que conlleva. Y cuida tus fotos tanto como tus palabras.