Por Pilar Ruiz (veterinaria)

Este es una de esas enfermedades que están a la orden del día entre nuestros perros de caza. En primer lugar, ¿qué es la leishmaniosis?. La leishmaniasis visceral, causada por el parásito Leishmania infantum, se transmite al humano por la picadura de hembras flebótomas que se alimentan de mamíferos infectados, particularmente perros.


La leishmaniasis visceral o kala-azar (término que significa enfermedad negra y que es debido a la coloración grisácea de la piel que es adquirido por habitantes de la India con esta enfermedad) es producida por especies del complejo de Leishmania donovani.

La enfermedad en humanos se caracteriza por un cuadro febril crónico. Hasta ahora, las estrategias probadas como el sacrificio de perros infectados e insecticidas tópicos y en collares, han tenido un impacto limitado.

¿Cómo puedo tratar a mi perro de caza si está enfermo?

Según los estudios clínicos, el tratamiento con antimoniato de meglumina inyectable –Glucantime– resulta más eficaz frente a la leishmaniosis. Su acción como agente leshmanicida es rápida, ya que se puede observar mejoría clínica en los perros de caza a partir de las dos semanas de tratamiento. Sin embargo, si el animal presenta afección renal como consecuencia de la enfermedad debe usarse con precaución, ya que puede empeorarla.

En estos casos se recomienda administrar miltefosina oral –Milteforan jarabe–. En este caso la mejoría se produce alrededor de los dos meses de iniciar el tratamiento. Si tu perro no presenta problemas renales te recomiendo esta opción. Hay que administrarle dos dosis diarias durante un mes, pero la ventaja es su mayor eficacia. Su económico es de aproximadamente de unos 200 euros por 150 del tratamiento inyectable.

Un insecticida oral podría acabar con la enfermedad

Un ensayo clínico liderado por el Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal) demostró en 2019 la eficacia de un insecticida oral para perros contra la leishmaniasis, la enfermedad parasitaria típica en el perro de caza transmitida por insectos, por lo que su uso comunitario «puede representar una estrategia de control» según destacó el investigador del InstitutAlbert Picado. 


El estudio, publicado en Parasit Vectors, pasó a la práctica un modelo matemático desarrollado por el equipo de Picado y ha demostrado que una sola dosis oral del insecticida logra matar insectos flebótomos que se alimentan de sangre de perros tratados, según explicó el ISGlobal en un comunicado.
Los científicos de este centro, en colaboración con investigadores de la Universidad de Zaragoza, demostraron la eficacia en la reducción de la transmisión del parásito, que supone un problema de salud pública en zonas endémicas.

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