Un nuevo estudio en el que han participado investigadores españoles de la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otros, ha evaluado el riesgo de los patógenos transmitidos por garrapatas (TBP) en las cercanías de un área densamente poblada como es la de la ciudad condal.

Según expone el estudio, los TBP constituyen un problema de salud pública emergente favorecido por cambios globales. Entre estos, el aumento y la propagación de las poblaciones de jabalíes (Sus scrofa) es de especial preocupación, ya que esta especie puede actuar como reservorio de patógenos zoonóticos y promover la abundancia de garrapatas

Cuatro especies de garrapata encontradas entre 2014 y 2016

Entre 2014 y 2016, los investigadores recogieron muestras de bazo y 2256 garrapatas en 261 jabalíes (de 438 inspeccionados) en el área metropolitana de Barcelona, identificando cuatro especies de garrapatas: Hyalomma lusitanicum (prevalencia de infestación: 33,6%), Dermacentor marginatus (26,9%), Rhipicephalus sanguineus -sensu lato- (18,9%) y Rhipicephalus bursa (0,2%). 

Las garrapatas se agruparon según la especie y se examinaron un total de 180 grupos de garrapatas y 167 muestras de bazo mediante PCR en tiempo real o ensayo de hibridación. 72 de los 180 grupos de garrapatas fueron positivos en la bacteria Rickettsia. Dado que las garrapatas identificadas pueden picar a los seres humanos y las rickettsias del grupo de fiebre manchada (SFG) registradas son patógenos zoonóticos, los investigadores determinaron que existe el riesgo de transmisión de rickettsias para los habitantes.

Por tanto, sus resultados sugieren una distribución más amplia del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo de lo que se conocía anteriormente. La abundancia del jabalí, por tanto, podría favorecer el ciclo de vida y la abundancia de las garrapatas y su proximidad a los humanos podría promover el riesgo de infección por Rickettsia.