La Federación Extremeña de Caza está impulsando, durante estos meses, una serie de proyectos de investigación para mejorar la caza menor. La investigación es uno de pilares sobre los que sustentan el presente y, sobre todo, el futuro de la caza, por eso la Fedexcaza ha lanzado una serie de proyectos (financiados con los fondos de los propios cazadores federados) cuyas conclusiones podrían repercutir en el beneficio de todos los cazadores. Todos ellos tienen al conejo (Oryctolagus cuniculus) como protagonista, aunque en el caso de este que presentamos la perdiz roja (Alectoris rufa) también puede ser una de las grandes beneficiadas.

Una de estas investigaciones está dirigida por el investigador de Neobéitar David Risco y se titula ‘Valoración del uso de elementos innovadores en la alimentación de especies de caza menor’. O lo que es lo mismo: investigan en la creación de un pienso que pueda ayudar al conejo y a la perdiz roja a reforzar su sistema inmunitario, aumentando así sus posibilidades de supervivencia en el medio.

En palabras de Risco, este proyecto pretende resolver algunos de los problemas más importantes que tienen las especies de caza menor como la perdiz o el conejo. «Ya estamos trabajando en diferentes experiencias como la del conejo, donde evaluaremos los efectos que tienen unos productos postbióticos en su respuesta inmune para mejorar la resistencia a enfermedades como la mixomatosis o la enfermedad vírica hemorrágica», explica el científico.

También están llevando a cabo experiencias en perdices, donde prueban productos postbióticos o de harina de insecto, que es un alimento natural de esta especie. «Con esto pretendemos terminar con los problemas digestivos, que son los principales en primeras edades, y mejorar sus capacidades reproductivas».

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Más sobre la proteína de insecto y los postbióticos, el ‘actimel’ para nuestros animales de caza menor

A través de este proyecto, como Risco comenta en el vídeo, se pretende comprobar el efecto beneficioso de los dos citados ingredientes o aditivos innovadores en la alimentación que se administra a la fauna de caza menor: la proteína de insecto y los postbióticos.

La utilización de insectos como fuente proteica en alimentación humana y animal, es un hecho que se viene defendiendo desde hace varios años. El elevado valor nutricional de estos productos, unido al carácter ecológico de su obtención (utilización de subproductos para la alimentación de los insectos, ahorro de agua para generar la proteína, etc.), hacen que se hayan convertido en una de las alternativas alimentarias con mayor proyección.

En el caso de la perdiz, su utilización como fuente de proteína está más que justificada. De hecho, los insectos constituyen la base de alimentación de estos animales durante los primeros días de vida. Esta fuente de proteína ya ha sido utilizada en pollos de engorde obteniendo resultados prometedores. Pese a esto, no existen datos acerca de los efectos beneficiosos que pueda tener la utilización de esta proteína en la alimentación de perdices.

Por otra parte, los postbióticos son piensos complementarios elaborados a partir de bacterias beneficiosas para el organismo (normalmente bacterias ácido-lácticas) que tienen un efecto inmunomodulador, mejorando la respuesta inmune innata y adquirida. Este tipo de productos se han utilizado en especies de caza mayor como el jabalí, obteniendo resultados prometedores en el control de enfermedades tan importantes como la tuberculosis.

Sin embargo, no se han realizado experiencias con respecto a su utilización en especies de caza menor, en las cuales podría tener un efecto beneficioso frente a la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica vírica, enfermedades que han reducido considerablemente las poblaciones de conejo y liebre en las últimas décadas..