Blaser no se anda con tonterías: sólo fabrica lo mejor. Una muestra es el Blaser B2, una de las ópticas de mayor calidad que se pueden adquirir hoy en día en nuestro país. Una nueva gama de tres visores que vio la luz en 2022 irrumpiendo con fuerza gracias a sus magníficas prestaciones.

En tres aumentos diferentes (1-6×24, 2-12×50 y 2,5-15×56) y con tubo de 30 milímetros para anillas y en carril hueco tipo Zeiss, es una mira que aguanta cambios de temperatura bruscos, golpes y vibraciones provocados por tiros y por transportes y correcciones de hasta 80 clics volviendo siempre a cero.

Con cuerpo de aluminio negro anodizado para evitar al máximo las marcas y arañazos propias del uso que quedan marcadas en los visores con acabado mate. Son visores cortos con una longitud máxima de 32 centímetros en el caso del más grande de la gama (2,5-15×56).

Todos los modelos incorporan retícula iluminada 4A en segundo plano focal –lo que significa que su tamaño no crece a medida que aumenta el zoom– que, a diferencia de otros visores, se regula en la parte derecha gracias a una simple rueda que permite aumentar o disminuir la intensidad del punto rojo. Además, las versiones 2-12×50 y 2,5-15×56 añaden un sistema de paralaje para ver lo más nítido posible incluso a largas distancias. Estos dos modelos también aceptan torreta balística de la propia marca con corrección en centímetros hasta 80 clics.

Prueba de fuego para el B2 2,5-15×56

Monté el Blaser B2 2,5-15×56 en un R8 calibre 8,5×55 Blaser y puse rumbo al campo de tiro para probarlo disparando cartuchos Sax de 139 grains, teniendo bastante claro que entre mis manos tenía una combinación con la que muy difícilmente podía fallar. Lo primero que me llamó la atención es el sensacional encare que tiene este visor. Como se suele decir, se pone solo, una auténtica ventaja a la hora de cazar. Una vez montado en tu medida correcta solamente debes encararte el rifle para, desde el primer segundo, no ver una sombra con un campo de visión espectacular. Por fin, una vez colimado, disparé a 100 metros.  

Tras los disparos tocaba hacer las correcciones pertinentes. La torreta QDC cuenta con diez anillos genéricos para elegir el que más se ajusta a nuestra munición y otro en blanco personalizable para los perfeccionistas. Los mandos transmiten una gran sensación de robustez. Hay que girar la rueda con fuerza y decisión, no como en otras miras en las que las ruedas de corrección se mueven con sólo rozarlas y los clics a penas se escuchan. Con los ajustes realizados volví a disparar haciendo prácticamente diez en la diana. 

Una vez comprobado que corregía bien eché mano de mi martillo de teflón y le sometí a una prueba de fiabilidad. Después de dar cinco golpes en diferentes partes del tubo, a través del cual se transmiten vibraciones importantes a todo el sistema interno, volví a disparar obteniendo un resultado idéntico. Está claro: los B2 son duros. Durísimos. Repetí esta operación hasta cuatro veces, consiguiendo cuatro disparos mordiendo una moneda de dos euros a 100 metros.

Retícula iluminada

Para disparar a 100 metros utilicé una diana con el fondo negro con el objetivo de comprobar la calidad de su punto rojo y me encontré con una retícula iluminada regulable con un alto rango de regulación, muy brillante y limpia, sin destellos ni sensación de irregularidad. Es decir, en todo momento ves un círculo perfecto. La 4A cubre a penas cuatro milímetros a 100 metros, por lo que no tapa apenas el objetivo permitiendo disparar a largas distancias. 

Después de analizar la cruz ajusté otros dos clics para dejar un cero absoluto a 100 metros y entonces calculé cuántos tenía que corregir para disparar a 200 metros: cuatro, según el programa balístico que ofrece Blaser para configurar la torreta. Le hice caso y disparé, impactando tres centímetros por debajo del centro de la diana. Teniendo en cuenta que estos programas balísticos son siempre orientativos, nunca exactos, corregí un clic más y ya estaba a punto para los 200 metros. 

El último test

Para concluir, decidí someter los mandos de ajuste –y sobre todo la vuelta a cero– a un exigente examen. Para ello volví loco al visor, dándole 30 clics hacia arriba, quitándole diez y dándole otros 20 hacia arriba para luego volver a ponerlo en 0. Disparé a 100 metros… y el proyectil, una vez más, impactó en el centro.

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Sus datos

  • Visor probado: 2,5-15×56.
  • Diámetro de tubo: 30 mm.
  • Cuerpo: anodizado en negro.
  • Diámetro del objetivo: 56 mm.
  • Retícula: 4A.
  • Longitud total: 32 cm.
  • Peso: 830 gramos.
  • Precio: 2.453 euros.
  • Más info: blaser.de

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