En plena calle de un pueblo cántabro, un grupo de vacas caminaba con aparente tranquilidad hasta que una de ellas, en un gesto inesperado, terminó protagonizando una escena digna de cualquier comedia surrealista. El incidente, que fue grabado desde el interior de un coche, acabó con la luna delantera del vehículo completamente rota y con un enorme agujero en el cristal causado por la pezuña del animal.

El vídeo ha sido compartido en Instagram por Ana Tormos Fons, creadora del perfil @mamapancreas_devikingaazul, quien suele divulgar contenidos sobre la diabetes tipo 1, enfermedad que padece su hija Valeria. En esta ocasión, Ana relataba su experiencia con una mezcla de humor, sorpresa e inquietud tras vivir el angustioso momento.

Una escena inesperada que pudo ser mucho peor

La grabación muestra cómo las vacas avanzan por la calzada, mientras desde dentro del coche se intuye la tensión de quienes observan. En cuestión de segundos, una de las vacas da un salto inesperado sobre el vehículo, clavando literalmente su pezuña en el cristal delantero. El resultado: un agujero de generosas dimensiones y el resto de la luna hecha añicos.

Ana, que se encontraba dentro del coche, explicó después que todo se desencadenó por un niño que caminaba por la acera. Al parecer, al ver acercarse a los animales se asustó e hizo un gesto brusco. Esto alteró a las vacas, que cambiaron de dirección hacia el coche, una de ellas tomando la inusual decisión de intentar saltarlo.

«Tan simple como haber salido un poco antes, o haber salido un poco después; tan simple como que aquel niño no hubiese estado en la calzada caminando», relataba Ana en la publicación. «Y una de ellas, por falta de espacio, decidió saltar sobre el coche».

Comportamiento fuera de lo normal

Aunque algunos podrían pensar que el salto fue deliberado, quienes conocen el comportamiento de estos animales lo tienen claro: no es habitual. Las vacas no saltan obstáculos con facilidad ni por impulso. Pero en este caso, la presión por detrás —posiblemente ejercida por este niño— y el bloqueo por el coche delante, pudo llevar a una de ellas a tomar esa reacción desesperada.

«Para quién se pregunte, como me he preguntado yo: ¿las vacas saltan así? Pues los lugareños aseguran que nunca vieron a una vaca saltar así», añadía Ana en su publicación, con una mezcla de ironía y resignación. «Murphy, vete un poquito a la mierda».

Un mensaje entre líneas: lo importante es la salud

Más allá del susto y el cristal destrozado, Ana quiso dar una lección que conecta con su habitual contenido en redes. «Pase lo que pase, lo importante es la salud y que estamos bien, chispum», concluía. Desde hace más de un año, esta madre valenciana divulga su experiencia con la diabetes tipo 1, visibilizando tanto su gestión como las situaciones discriminatorias que a veces enfrentan los niños con esta condición.

En esta ocasión, la anécdota rocambolesca no solo deja una luna destrozada, sino también un mensaje de agradecimiento por haber salido ilesos. Porque como bien señala Ana: «Unos centímetros más a derecha o a izquierda y la vaca nos aplasta a uno de los dos».

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