El siguiente vídeo muestra, de forma práctica, cómo realizar un soldado de casquillos y montaje de colmillos de jabalí. Ésta es una tarea que normalmente realiza el taxidermista a nivel profesional, pero que cualquier cazador que sea un ‘manitas’ puede intentar hacer en su pequeño taller para ahorrarse un dinero.
A primera vista puede parecer una tarea compleja, pero con un poco de maña y práctica aprenderás a conservar tus propios trofeos, algo que también forma parte del ritual de la caza. En primer lugar, tras separar la jeta y parte delantera del hocico del jabalí cazado del resto del cuerpo, se cuece esta parte en una olla con agua durante al menos hora y media para después extraer los colmillos y amoladeras con facilidad. Después las limpiamos con agua y jabón y las blanqueamos con algodón y agua oxigenada -empapándolas durante una hora-.
Hay que tener en cuenta que para que no se rajen hay que rellenar las navajas con resina de poliéster líquida de color hueso.
Así se fabrican y colocan los casquillos
Los casquillos se construyen con una tira de alpaca de siete milímetros. Rodeamos con ella cada uno de los colmillos y los cortamos a medida de su base. Luego, cortamos la alpaca sobrante alrededor de cada casquillo con una tijera para cortar chapa tras unirlos. Al fin, con ayuda del taladro provisto de un disco de fieltro o tela pulimos y pegamos los casquillos a las navajas con pegamento ultrafuerte.
Finalmente, con hilo de alpaca, construimos unos ganchos para poder fijar las navajas a la tabla. Por último, restauramos con betún de judea diluido en aguarrás los dibujos de los colmillos.