Tomás Rufo ha sido el torero revelación de la temporada 2022. Con tan sólo 23 años, esta campaña taurina ha pasado de la treintena de corridas y se ha erigido como el diestro joven más importante del momento, habiendo conseguido hitos como la Puerta del Príncipe de Sevilla el pasado mes de abril o la Puerta Grande de Madrid en mayo, codeándose con las principales figuras como El Juli, Morante de la Puebla, Roca Rey o Cayetano en la gran mayoría de las tardes.
Como confiesa a la redacción de Jara y Sedal, el mundo cinegético es su vía de escape para mentalizarse de cara a sus grandes tardes… y también para celebrar sus triunfos. Es su oasis para desconectar de la ‘presión’ que le generan sus compromisos a lo largo de la temporada. «Para torear despacio hay que templar la embestida y saber esperar tu momento, y para la caza, en parte, también», comienza exponiendo el torero oriundo de la localidad toledana de Pepino.
Una afición que nació «desde la cuna»
Su afición nació «desde la cuna». «Creo que, para la caza, tienes que nacer con esa especie de veneno dentro. Aunque te puedes aficionar después, algo dentro tienes que llevar. Si te soy sincero, no recuerdo el primer día que voy de caza. Sí que recuerdo, por lo que me han contado mis padres, que desde bien pequeño era una afición desmedida. Mi padre y mi abuelo eran cazadores y a ellos los he acompañado desde que tengo uso de razón», explica.
Sobre el primer recuerdo cinegético que tiene, Tomás Rufo explica que, ya con la edad reglamentaria, disparó con un rifle en calibre .17 HMR a su primer venado en una montería: «Mi padre me decía que cuando entraba el ciervo le apuntase a la parte delantera debido al calibre que tenía. Es el primer recuerdo que tengo, el más emotivo de cuando empecé».
La caza como vía de escape antes o después de una tarde importante
Practica tanto la caza mayor como la menor cada vez que tiene ocasión, especialmente en invierno, que es cuando los toreros más descanso tienen: «Sí es cierto que estoy más aficionado a la mayor, porque me gusta mucho cazar en la montaña. Me sirve para desconectar, aunque en temporada tenga muy poco tiempo, sobre todo cuando han pasado fechas importantes. Poder irte una noche a una espera, cuando ha pasado o esperas una fecha importante… lo valoro mucho», señala.
Antes de las fechas importantes «intento estar muy mentalizado, preparándome mucho, y necesito descansar la mente. Y mi forma de desconectar es esa: estar solo, pensando en mis cosas… y si puede ser, cazando», señala.
Su mejor recuerdo en el mundo de la caza
No sabe quedarse tan sólo con un recuerdo en el mundo de la caza: «Tengo muchos, y no solamente de lances o de trofeos, sino de amistades que me ha dado la caza. Hay fines de semana completos que los disfrutas de verdad, porque vas siempre con amigos y son muchas vivencias que otras aficiones no te las dan». Y también de lances y trofeos buenos: «Son fechas que nunca se te olvidan». «Me quedo con la gente que me ha dado a conocer la caza», explica.
En cuanto al sueño que en el mundo de la caza quiere conseguir, no se pone metas altas: «Sí es cierto que, en el mundo cinegético, nunca me he parado a pensar en conseguir un sueño. La caza me la tomo para disfrutar. Tengo muchas cosas en mente, pero donde tengo sueños de verdad es con los toros».
Los valores del mundo de la caza que van aparejados al mundo del toro
Sobre los valores que destaca del mundo de la caza que van aparejados al mundo del toro, es claro: «El temple, la paciencia, saber aprovechar el momento… y sobre todo el respeto. Los cazadores somos los que más cuidamos el campo: sabemos el que se puede o el que no se puede disparar. Nunca dejamos un papel tirado en el campo, o una botella. Por eso, somos diferentes. Eso es lo que nos hace distintos de un animalista», defiende.
El 2022 en el mundo del toro de Tomás Rufo
Por último, hace un balance de su 2022 en el mundo del toro, en el que ha conseguido metas muy importantes en las grandes ferias taurinas de Europa y América: «La verdad que ha sido un año soñado para mí, en el que afortunadamente he podido cumplir muchos de mis sueños. Puedo hablar de muchas tardes, pero sobre todo de Sevilla y Madrid. Qué decir, ha sido un año de una exigencia muy grande. La verdad es que, con esos compromisos en todas las ferias, con las figuras del toreo, uno se tiene que exigir al 200% para estar a la altura de la lucha diaria. Ha sido una temporada bonita, en la que yo mismo me he exigido mucho», concluye.