Un vídeo titulado “Cómo encontrar a un conejo en su madriguera” está arrasando en redes sociales. En él, un hombre muestra paso a paso cómo se utiliza un devastador sistema diseñado para eliminar conejos o roedores subterráneos a través de un proceso doble: inyección de gas y posterior detonación.
La herramienta que aparece en el vídeo se asemeja a una lanza metálica conectada a una consola con mando. Desde ese extremo, el operario regula el flujo del gas inflamable, que se introduce por una pequeña abertura hacia el interior de la madriguera. Tras unos segundos de inyección, el operador genera una chispa que provoca una detonación subterránea, pensada para eliminar a los animales que puedan encontrarse en el interior.
Durante toda la secuencia, el protagonista explica con claridad y detalle el procedimiento, incluyendo la colocación del tubo, el tiempo estimado de inyección de gas y cómo se produce el encendido. La onda expansiva provocada por la chispa genera una polvareda de tierra visible desde la superficie, que confirma el funcionamiento del sistema.
El vídeo ha generado un gran interés entre usuarios de todo el mundo y ya acumula más de dos millones de visualizaciones y más de 600.000 “me gusta”, consolidándose como uno de los contenidos virales del momento dentro del ámbito de la gestión de fauna silvestre.
Este sistema también ha sido utilizado en España
Métodos de control de conejos similares han sido empleados en nuestro país por distintas administraciones públicas o entidades de gestión del territorio. En Cataluña, por ejemplo, se han documentado actuaciones para reducir las poblaciones de conejos en zonas agrícolas o incluso en infraestructuras ferroviarias, como las líneas de alta velocidad.
También en Aragón, ante la elevada densidad de conejos en determinadas zonas agrícolas, el Gobierno autonómico autorizó en 2018 la utilización de métodos alternativos como la fumigación experimental de vivares con monóxido de carbono, además de la captura mediante redes o trampas, y la destrucción directa de madrigueras. Según recogía el Plan de Caza 2018/2019, estas medidas se aplicaron en 38 municipios de Huesca, 8 de Teruel y 68 de Zaragoza. En esos casos, se permitía incluso a agricultores actuar dentro de sus parcelas sin requerir permiso del titular del coto, aunque si optaban por destruir los vivares, no podían solicitar indemnización por daños agrícolas en esas superficies concretas.
En Andalucía, la Federación Andaluza de Caza (FAC) presentó en su día una denuncia contra ADIF por el uso de técnicas distintas, como el relleno de madrigueras con hormigón para evitar la presencia de conejos en zonas sensibles. En ese contexto, la FAC planteó como solución la captura de conejos vivos mediante hurón y redes, con el objetivo de trasladarlos a otras zonas donde su densidad es baja y puedan aprovecharse cinegéticamente.
Otros métodos de control
En España, el control de poblaciones de conejos silvestres es esencial para evitar daños en cultivos y ecosistemas. Uno de los métodos más comunes es la caza regulada, especialmente mediante las modalidades de caza en mano o al salto. También se llevan a cabo capturas con hurones y capillos. En algunas zonas, se instalan incluso vallados cinegéticos para proteger los cultivos y limitar el movimiento de los conejos.
En áreas donde las densidades son muy altas, también se han utilizado métodos alternativos como los descritos en Cataluña, Aragón o Andalucía. La combinación de estos, bajo supervisión técnica y con autorización expresa, es clave para lograr un control eficaz y sostenible de las poblaciones sin comprometer la biodiversidad.
