Teresa Ribera ha protagonizado la gran sorpresa del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Nadie conocía los planes del ya presidente para la que se convirtió en una de sus ministras estrella tras llegar al Gobierno después de sacar adelante la moción de censura que planteó contra Rajoy. La hasta ahora Ministra de Transición Ecológica ocupará una de las cuatro vicepresidencias del Gobierno con la idea de poner en práctica las medidas ecológicas planteadas en el programa electoral del PSOE. Como novedad, por primera vez el mundo rural cobra protagonismo en el ejecutivo. Las medidas para frenar la despoblación de la España vaciada dependerán de Ribera y de esta vicepresidencia, la cual tratará de compatibilizar el desarrollo económico del mundo rural con la conservación de nuestro medio natural. Por supuesto, la cuestión del cambio climático tendrá especial protagonismo.

Comprometida con las asociaciones ecologistas

Teresa Ribera generó una fuerte polémica unos meses tras afirmar en una entrevista radiofónica que se mostraba partidaria de prohibir la caza y los toros. Además, rechazó reunirse con los representantes del sector cinegético en diferentes ocasiones, tal y como han asegurado diferentes entidades a esta revista, al contrario que con los colectivos ecologistas –con los que ha mantenido varios encuentros– e incluso con los animalistas –no hay que olvidar que se reunió con PACMA en calidad de ministra–.

Su apatía por el sector cinegético contrasta con la excelente relación de la que goza con los representantes de las principales entidades ecologistas, con las que intercambian gestos de complicidad habitualmente en las redes sociales. Unas organizaciones que necesitan las subvenciones públicas para mantener sus organigramas y cuyo futuro parece garantizado tras el acuerdo de Gobierno con Podemos, en el que se comprometen a «dotar de financiación adecuada las políticas de defensa de la biodiversidad».

A espaldas del sector cinegético y del Informe Artemisan

A partir de ahora, una de las principales labores de Teresa Ribera es la de frenar la despoblación rural. En ese aspecto, el mundo cinegético tiene mucho que decir. Además de necesaria para el ecosistema y para otros sectores clave en el mundo rural –como la agricultura y la ganadería– la actividad cinegética genera en España 6.475 millones de euros  y crea 187.000 puestos de trabajo, según el informe Artemisan. Su importancia es tal, que supone el 0,3% del PIB del país. Para hacernos una idea de lo que esto representa, esa cantidad es equivalente a las ventas netas de vino, al 13% del sector agrícola, ganadero y pesquero, al 4% del sector de la construcción o al 9% del sector financiero. Una realidad que Ribera ha obviado o, al menos, por la que no ha mostrado interés hasta el momento. Según confirma el presidente de la Real Federación Española de Caza, Ignacio Valle, durante su etapa como ministra del MITECO los representantes de los cazadores solicitaron reunirse con ella en varias ocasiones: «No nos recibió ninguna vez».

José Mª Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza y de la Plataforma en Defensa del Silvestrismo también reclamó audiencia con ella, con igual suerte. Esta negativa a dialogar con el sector genera cierta inquietud en sector, como reconoce Mancheño: «Teniendo en cuenta su postura personal y el bagaje al frente del MITECO, presenciamos su nuevo nombramiento con incertidumbre, muy pendientes de todo lo que pueda hacer, tanto ella como el resto del Gobierno».

El hecho de que Podemos pueda atacar la caza desde el Gobierno es uno de los temores del presidente de la FAC, que ya vio cómo la formación morada propuso prohibir la caza en Andalucía en noviembre de 2018: «Si la influencia de Podemos pretende imponer alguna limitación o ataque a la caza, nos va a tener en frente». Aún así, tiende la mano a Ribera para trabajar juntos: «No debe de olvidar que es ministra de todos los españoles, cazadores y no».