La naturalización de trofeos de caza es un arte que ayuda a los cazadores a recordar y dedicar un sentido homenaje a aquellos animales que les han regalado lances imborrables. El taxidermista es un artesano que comparte con nosotros la afición y el amor por la caza, entendiendo y apreciando el valor y el significado de cada uno de los animales que cazamos. Él estudia y conoce la fauna, reproduciendo con fidelidad y rigor sus características y su hábitat.

La inmensa mayoría de los taxidermistas profesionales realizan trabajos de calidad pero hay algunos otros que perpetran obras difíciles de comprender. Reproducciones bizarras que ponen los pelos de punta y que por alguna extraña razón no podemos parar de mirar. Un ejemplo de esto lo encontramos en una armería portuguesa, cercana a la ciudad de Oporto, que visitamos hace unos meses. Lo que nos encontramos allí podría llamarse tranquilamente la taxidermia de los horrores.

Un corzo de pesadilla

El primer trofeo que encontramos es la cabeza de un corzo pegada a una vieja tabla y sin duda es el peor de los trabajos. La imagen es difícil de olvidar. una cabeza cortada a ras de quijada, sin cuello, reposa sobre una tabla colgada de unas tuberías. El ojo del corzo recuerda a esos trofeos que sacas del congelador para llevarlos al taxidermista. La piel está en muy mal estado y la nariz y el morro sin color, descolocados y fuera de su lugar. Toda una obra de arte de dudoso gusto…

Imagen del peculiar trofeo de corzo. © Jara y Sedal.

Otros trofeos de colección

Este segundo trofeo podría estar en cualquier colección de caza. Es un corzo hecho de craneo, relativamente bien blanqueado y colocado encima de una tabla. Aunque le faltan los huesos de la nariz y premaxilares, no es eso lo que llama la atención sino el sistema de montaje. En lugar de atornillarlo a la tabla a través del occipital, el taxidermista pensó que sería buena idea pasar un alambre de lado a lado, entre las cavidades oculares. Un sistema rudimentario y muy poco estético.

Además, no es el único animal que está así montado. Un venado joven hecho de frontal también estaba fijado con el todopoderoso alambre. Por supuesto, este ciervo tampoco conserva todos los huesos propios del cráneo y el nivel de suciedad del hueso es llamativo.

Los dos trofeos del alambre. © Jara y Sedal.

El rebeco con cara de perro

Este último trofeo de caza podría pasar el corte si no nos fijamos en los pequeños detalles. El cuello podría ser más largo, llegar casi hasta el pecho del animal y el polvo es el gran protagonista del montaje pero eso tiene solución.

Lo que es más complicado de arreglar es la expresión del animal. No parece un rebeco y la forma del hocico y los ojos recuerdan más a la de un perro.

El rebeco con cara de perro. © Jara y Sedal.

Una taxidermia cuidada y profesional

Si quieres disfrutar del arte de la taxidermia bien entendida y realizada de forma profesional, no te pierdas el último capítulo de la serie de Cazaflix ‘Días de montería’. En este episodio el protagonista es el taxidermista y visitamos el taller de TaxTtrophy, una de las más importantes de España, para comprobar cómo trabajan las manos de los profesionales y artesanos.

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