El campo bravo es un lugar que esconde momentos realmente duros vividos por parte de quienes cuidan a un animal totalmente imprevisible, que puede expresar su bravura en cualquier instante -aunque parezca dócil a campo abierto- y con el que te juegas la vida a diario en su manejo. Es lo que le ocurrió al ganadero José Manuel Sánchez Herrero en su finca brava, ubicada en las cercanías de El Bodón (Salamanca), ya que, tras botarse su caballo para evitar chocar contra unos toros que se arrancaron, se fracturó la pelvis.

«El día de Todos los Santos, nos juntamos toda la familia a comer y me dijo mi nieta: Abuelo, monta al caballo y corre los toros. Eso hice, y creo que se habían pegado aquella mañana», explicó el ganadero salmantino en un reportaje emitido en el canal de YouTube Mi Corazón es Taurino. «Por el lado izquierdo tenía una pared de 400 metros de largo, y al derecho dos toros se me fueron al caballo nada más echar a correr. Por delante tenía doce o catorce toros que no me dejaban avanzar».

«Iban los animales como un cohete; hasta con el bocado le iba dando a los toros de delante. Sabía que cuando llegaría a los 150 metros, si no me había salido, me asfixian», comentó Sánchez Herrero sobre lo ocurrido. «El caballo brincó a un toro de los de delante y como no me esperaba el salto, del golpe con la perilla de la montura me rompí la pelvis», detalló.

«Durante el poco rato que estuvimos se me abrió más de 10 centímetros la pelvis; entonces, mi hija cogió el coche y fuimos a Salamanca. Perdí casi 4 litros de sangre y los compañeros de mi hija dijeron que si hubiéramos tardado un poco más no lo hubiera contado. Arriba no estaba mi nombre en la lista», concluyó José Manuel Sánchez Herrero.

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