Este joven de 20 años, que también fue mordido hace tres por una serpiente de cascabel y por un oso hace meses, ha sido atacado ahora por un tiburón.
24/4/2018 | Redacción JyS
«No culpo al tiburón, no culpo al oso, y no culpo a la serpiente de cascabel», ha declarado Dylan McWilliams al que por alguna razón el reino animal debe odiar.
El pasado jueves, este joven residente en Grand Junction (Colorado, Estados Unidos) fue mordido por un tiburón mientras practicaba bodyboarding en la isla de Kauai, Hawai.
El ataque lo ha sufrido menos de un año después de que fuera mordido por un oso negro de más de 130 kilos cuando acampaba en el condado de Boulder, Colorado, según ha informado Huffington Post.
McWilliams estaba a unos 30 metros de la orilla cuando fue derribado de su tabla y de repente sintió un dolor agudo en la pierna derecha.
«Al principio me entró el pánico». «No sabía si había perdido la mitad de la pierna o qué».
Dylan ha afirmado que cree que el animal que lo atacó era un tiburón tigre de 2 o 3 metros (vio las rayas) y lo pateó con fuerza antes de intentar nadar hacia la orilla.
«Esa fue la parte más aterradora». No sabía dónde estaba el tiburón, ni si si volvería a perseguirme«, cuenta al citado periódico.
Tras el ataque, McWilliams llegó a la costa donde unos transeúntes le ayudaron a llegar a ‘emergencias’.
Aunque la lesión no era una amenaza para su vida, el joven sufrió algunos profundos cortes, según las fotos que publicó él mismo en Facebook.
A pesar de que una experiencia como esa podría hacer temer volver a nadar en el océano, McWilliams estaba enojado porque las heridas no le permitirían volver a practicar su deporte en unos días.
«Estoy cabreado porque no puedo volver al agua por un par de días», declaró el joven tras el incidente a la cadena de televisión hawaiana KGMB.
Por supuesto, Dylan ya está casi acostumbrado a ser atacado por animales después de su encuentro con el plantígrado el año pasado.
«El oso me agarró la parte de atrás de la cabeza y comenzó a tirar de mí, y yo luchaba lo mejor que podía», dijo. «Me dejó caer y me pisoteó un poco. Finalmente pude volver al grupo y lo asustaron», añade.
A esos dos ataques hay que añadirle el que sufrió hace tres años cuando fue mordido por una serpiente de cascabel mientras caminaba en Utah.
A pesar de ser un imán para los ataques de animales, McWilliams no guarda rencor: simplemente se imagina que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
«Siempre me han gustado los animales y he pasado tanto tiempo con ellos como he podido», ha afirmado a la BBC. «No culpo al tiburón, no culpo al oso, y no culpo a la serpiente de cascabel».