Juan Francisco Vico Rodríguez, de 24 años de edad, logró abatir el pasado 21 de octubre un enorme jabalí al que había seguido sus pasos durante años. Lo consiguió durante una noche de espera en la que ya había tirado la toalla, pero un último golpe de suerte propició que finalmente se hiciera con el macareno.
Pesó 110 kilos, sus navajas sobresalían de la carne 8 centímetros y el cazador se echó a llorar en cuanto vio al tremendo animal tendido en el suelo. Había soñado con él… y también le había quitado el sueño. Lo tenía entre sus manos. Ahora narra cómo fue el apasionante lance a Jara y Sedal.
En el atardecer del pasado 21 de octubre, Juan Francisco y su padre acudieron a un campo de almendros entre los límites de las provincias de Alicante y Murcia donde cuentan con un permiso de caza de jabalí por daños y en el que llevaban años viendo las grandes pisadas de un destacable animal. «Era un jabalí gigante, no era normal», describe el cazador. «No lo había grabado ni lo había visto nunca, pero sí sus rastros durante años», indica en palabras a este medio.
El cazador confiesa que «no había manera» de hacerse con él pero, finalmente, lo consiguió «de la forma más tonta». A las 22:30 horas de esa noche, su padre le dijo que se fuesen porque no tenía esperanzas y, cuando estaban recogiendo, vieron al macareno en un bancal entre los almendros.
Un disparo a 150 metros
El joven narra que, a última hora y justo debajo del puesto -a unos 150 metros- detectó la presencia de un animal. Encendió entonces el monocular térmico para cerciorarse de que se trataba de un jabalí y no un muflón, animal que abunda por la zona. Cuando identificó al gran macareno, apuntó y apretó el gatillo.
En cuanto el animal recibió el disparo, «salió corriendo monte arriba», relata Juan Francisco. «Creía que lo había fallado, pero mirando posteriormente con el foco me di cuenta de que había andado unos metros y había caído el ya en la zona de monte». «Cuando llegué me encontré la sorpresa: pesaba 110 kilos y tenía 8 centímetros de navajas por fuera de la mandíbula», dice el cazador aún emocionado. El trofeo ya está en manos del taxidermista.
El equipo utilizado. Durante el lance, el cazador utilizó un rifle Benelli Argo en calibre .300 Winchester Magnum con munición RWS de punta de plástico y 165 grains.
La mejor historia de caza en Jara y Sedal será premiada con este magnífico pack Beretta
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