En menos de dos semanas, el término municipal de Viana de Cega, en Valladolid, ha sido escenario de un caso preocupante de furtivismo que mantiene en vilo a los cazadores de la zona. Siete corzos han sido hallados muertos, muchos de ellos jóvenes y de algunos ni siquiera se han llevado la cuerna, lo que evidencia que su muerte no responde a una motivación por el trofeo sino a un acto de destrucción gratuita.

Una denuncia que destapó la matanza

Todo comenzó el pasado lunes 7 de abril, cuando Ignacio Yagüe, presidente de la Asociación de Cazadores de Viana de Cega, acudió a las dependencias de la Guardia Civil en Laguna de Duero para denunciar la aparición de cuatro corzos muertos por disparo. Los cuerpos habían sido hallados durante el fin de semana anterior en dos cotos distintos del municipio.

Según recoge en su web la Federación de Caza de Castilla y León, dos semanas más tarde la cifra de animales abatidos ha ascendido a siete. La gravedad de los hechos ha alarmado no solo a los miembros de la asociación, sino también a los propios vecinos del pueblo, que han localizado algunos de los cadáveres durante paseos por el monte o mientras recolectaban espárragos.

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Un furtivo detenido por la Guardia Civil en una foto de archivo. © Guardia Civil

Animales jóvenes sacrificados sin sentido

Uno de los aspectos más desgarradores del suceso es la edad de los animales abatidos. Se trata de corzos muy jóvenes, todos ellos machos. Cuatro de los siete cuerpos han aparecido intactos, sin que nadie se haya llevado la cabeza, lo que hace pensar que el objetivo no era el trofeo.

«Eran tan jóvenes que casi no tenían ni cuernecines», detalla Yagüe. Todo apunta a que las muertes se produjeron por la noche con el uso de visores térmicos.

Un problema sin recursos para detenerlo

Los hechos han sido denunciados tanto ante la Guardia Civil como ante la Consejería de Medio Ambiente. Sin embargo, por ahora no hay pistas sobre la identidad de los autores. La falta de medios para realizar vigilancias adecuadas complica las investigaciones.

Desde la asociación, compuesta por unos veinte cazadores, se han planteado medidas como instalar cámaras o incluso organizar guardias nocturnas, pero las autoridades se lo han desaconsejado por el peligro que implicaría. Mientras tanto, la Guardia Civil ha confirmado que se está investigando, sin ofrecer más detalles.


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El impacto de estas muertes podría ser devastador para la población de corzos en los cotos de Viana de Cega. Según la estimación de los cazadores, en la zona habría unos 15 machos y 30 hembras, con un cupo autorizado de tres machos y dos hembras para la temporada.

En apenas diez días, los siete animales abatidos por furtivos superan ampliamente la caza permitida para todo el año. Este desequilibrio amenaza con desestabilizar el control poblacional y pone en riesgo el futuro de la especie en la zona, donde la caza legal se lleva a cabo bajo criterios de selección y sostenibilidad definidos por Medio Ambiente.

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