Su dueño, el navarro Alberto Fonseca, narra a Jara y Sedal las extrañas circunstancias en las que presuntamente fue robado «Gari» el pasado sábado en la localidad catalana de Ripoll. 
26/12/2018 | Redacción JyS

«Gari», el perro perdido y hallado en extrañas circunstancias al día siguiente en Ripoll. / Jara y Sedal

El pasado sábado 22 de diciembre se celebraba en Ripoll (Gerona) el XXVIII Campeonato de España de Caza de Becadas, organizado por la Real Federación Española de Caza en colaboración con la Federación Catalana de Caza y la Sociedad de Cazadores La Rama de Ripoll. En él tuvo lugar un imprevisto al que Jara y Sedal ha querido acercarse: «Gari», el perro que competía junto al navarro Alberto Fonseca, desapareció en el inicio de la jornada.
La prueba se desarrolló en el coto de Ripoll, en la zona este del cazadero, y dio comienzo a las 8:30 horas de la mañana. El animal desaparecía una hora y veinte minutos después. «Enseguida el perro cogió una becada y pronto encontré otra. Justo al hallar la segunda, había una ladera de pino y el animal entró. Lo oíamos perfectamente. De repente, se dejó de escuchar su ruido. Le di al localizador del collar y ya no funcionaba. Había una pista a unos 80 metros y salió una Pick Up blanca y a partir de ahí el animal desapareció. Subimos a control y se movilizó todo el mundo». Entonces, bajaron siete todoterrenos en busca del perro, pero ya no estaba.

«Al día siguiente, el perro tenía el beeper apagado, algo que sólo se consigue con un imán»

Otra foto de «Gari» con el cazador Alberto Fonseca. / Jara y Sedal

El animal apareció al día siguiente en la carretera de Olot, con el beeper apagado, algo que solamente se consigue con un imán. «Teníamos muy claro tanto el juez de Castilla y León como yo que lo cogieron de ahí». Además, da la casualidad de que el animal nunca se le había perdido a Fonseca: «Nunca habíamos tenido ningún problema, porque no se despistaba».
Confiesa que del Campeonato de España de Caza de Becadas «me llevé un sabor muy agridulce porque no pude competir». Eran las 9:50 horas de la mañana cuando ocurrió todo. «Los Mossos d, Esquadra de Ripoll, Nicolau y Jordi, hicieron registros en casas de gente cuando llegó la hora de la comida. A la noche, los Mossos estuvieron patrullando de nuevo y no encontraron nada. Ya al día siguiente, subí al puerto y llegaron unos amigos míos de Pamplona para proseguir con la búsqueda».

«El que quiere hacer algo así, lo va a hacer»

Fonseca se sintió «muy arropado en este sentido con todos los cazadores presentes, además de por la Sociedad de Cazadores de Ripoll. Había algunos que incluso lloraban por lo sucedido». Sobre el culpable, Fonseca es claro: «El que quiere hacer algo así, lo va a hacer».
En cuanto a recomendaciones de precauciones de cara a otros aficionados, el cazador cita el uso del GPS. «Este perro podría haber llevado el GPS, permitido por la organización siempre que el mando se deje en control, pero no se lo puse con las prisas. Las reglas son las que son, ellos las piensan siendo lo mejor para la competición -porque el uso del GPS durante la prueba da lugar a trampas-, pero sí es recomendable que esté siempre con el mando en control», señala.

«Es un palo gordo llegar a un nacional y no poder competir por lo sucedido»

El perro lo inició en la caza el propio Alberto Fonseca. «De cachorro fue muy precoz, muy constante en el trabajo», afirma. En la actualidad lo tiene un amigo suyo, por lo que «el disgusto cuando lo perdimos fue mayúsculo».
En conclusión, Fonseca señala que «me da mucha pena todo esto. Que llegues al autonómico, lo ganes y llegues a un campeonato nacional sin poder competir es un palo gordo». Fonseca denunció en los Mossos d´Esquadra, pero al aparecer el animal, la quitó al día siguiente.

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