La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha trasladado este viernes 22 de septiembre a la Comisión Europea los datos que certifican el crecimiento de las poblaciones de lobo en España, lo que demuestra el buen estado de salud del cánido y la necesidad de habilitar un control cinegético de la especie.

Los datos, recopilados durante las últimas semanas por la RFEC y las federaciones autonómicas de caza, demuestran un aumento del 26% de las poblaciones desde el último censo estatal de 2014, más de 8.000 ataques y 10.000 cabezas de ganado muertas al año, y la expansión de la especie al sur del Duero.

De esta forma, el sector cinegético ha trasladado los datos del informe de la situación del lobo ibérico de la Fundación Artemisan, los facilitados por las comunidades del norte del Duero y los facilitados por los sindicatos agrarios con relación a los daños al ganado, cuantificados en tres millones y medio de euros para compensar los daños y más de cuatro millones para implementar medidas preventivas.

El control del lobo, en manos del MITECO

A partir de los datos recogidos, la CE decidirá sobre una propuesta para modificar, en su caso, el estatus de protección del lobo en Europa y actualizar el marco jurídico a fin de introducir, en caso necesario, una mayor flexibilidad en aquellos territorios donde las poblaciones estén estables y en crecimiento produciendo además conflictos con la ganadería.

Esto complementará las actuales posibilidades que ofrece la legislación de la Unión Europea para que las autoridades locales y nacionales tomen medidas cuando sea necesario, para lo que se destinará una financiación significativa de la UE para estas medidas, siendo los propios gobiernos nacionales los que flexibilicen o no el estatus de protección de la especie.

En este sentido, el presidente de la RFEC, Manuel Gallardo, ha exigido a la ministra Teresa Ribera «que escuche a Europa, a los datos oficiales y al mundo rural» para que el lobo «no esté ni un día más en el LESPRE», ya que de seguir protegida la especie «por meras cuestiones ideológicas» acabará con «una actividad imprescindible como la ganadería».