El zorro es un animal omnívoro por excelencia, algo de lo que deriva su conocido carácter oportunista para hacerse, en cualquier tipo de situación, con algo que echarse a la boca. No obstante, gran parte de la sociedad desconoce que también puede optar por consumir animales muertos, incluso de su misma especie, si el alimento escasea.

Unas nuevas imágenes tomadas por el fotógrafo de fauna silvestre Ian Bremner así lo demuestran. En estas se ve cómo un raposo sostiene a otro zorro muerto en su boca. Se trata de un ejemplar joven que probablemente murió tras una colisión con un coche.

Como hemos recordado en otras ocasiones en este medio, el canibalismo, o depredación intraespecífica, ocurre cuando un individuo consume a otro de su propia especie. Estos comportamientos están muy extendidos entre las especies animales, pero son raros entre los mamíferos carnívoros como sí ocurre en el caso del zorro pero que sólo se había documentado mediante indicios indirectos.

Hace dos años, científicos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) publicaron las primeras observaciones directas de necrofagia caníbal en zorros rojos (Vulpes vulpes), dando lugar a nuevas teorías sobre el papel del canibalismo en la dinámica poblacional de los zorros y la transmisión de enfermedades intraespecíficas.

En aquel caso, los científicos lograron registrar necrofagia conespecífica en todos los cadáveres de zorro analizados en diferentes etapas de descomposición, temporadas y localizaciones.