Francisco García, veterano cazador de raposos, reflexiona sobre la caza en madriguera y el modo de actuar de aquellos que comparten en redes sociales «barrabasadas que dan una imagen que está a años luz de nuestro verdadero sentir».
-Francisco García Sánchez- 15/2/2018

Francisco García.

El que esto suscribe es cazador de toda la vida, desde mi niñez, a casi todas las modalidades de menor, y desde hace ya casi 30, en especial a la caza del zorro con perros de madriguera. Aunque he tenido y probado varias razas a lo largo de todos estos años, en la actualidad sólo cazo con Jagd Terrier que a mi modo de ver, y por mi experiencia, es el perro más completo por su condición y características.
A lo largo de esta ya dilatada vida como cazador que sin llegar a edad de jubilación ya peina canas, he asistido a todo el proceso de evolución y cambio en nuestra afición. Estos cambios, como en todos los aspectos de la vida, han traído aparejadas consecuencias positivas, pero también otras negativas.
De todas las innovaciones que hemos vivido hay que destacar la inmensa mejora de las comunicaciones, sistemas de localización por GPS y otros que han facilitado mucho la seguridad del cazador y sus perros. Está claro que los móviles han salvado ya miles de vidas y que las innumerables aplicaciones que incorporan hacen de esta herramienta: “un mundo en nuestro bolsillo”.
Sin embargo, esta tecnología también le ha dado a la caza una “casi mortal” puñalada por la espalda. Un teléfono móvil en la mano otorga un poder de influencia a cualquiera que antes era impensable, tanto para lo bueno como para lo malo. Las redes sociales se han vuelto el principal vehículo de información entre personas; sólo que ésta información la puede colgar cualquier “descerebrado” que ofrece una imagen de una actividad como la caza totalmente equivocada a personas cuya “sensibilidad” no está preparada para asumir las auténticas barbaridades que cuelgan estos personajes. Además le están facilitando muchísimo las cosas a colectivos animalistas que proclaman una total predisposición para acabar con una de las cosas que más  apreciamos de esta vida: la caza.
A todos nos han llegado a través de grupos de cazadores en las redes alguna barrabasada  que nos ha escandalizado y hecho sentir asco y rechazo por los comportamientos de gente que se hacen llamar cazadores. Éstos se han inmiscuido en nuestro colectivo de personas honestas, amantes del campo y comprometidas con la fauna y su conservación que somos la mayoría de aficionados a la caza, y nos están haciendo un daño tremendo.
En lo que concierne a la caza del zorro en madriguera, los devotos de ésta modalidad nos rasgamos las vestiduras viendo algunos vídeos de advenedizos sin escrúpulos que dan una imagen que está a años luz de nuestro verdadero sentir y modo de hacer las cosas. Hemos tenido que ver y borrar multitud de vídeos de  desaprensivos que no respetan para nada, como lo hacemos nosotros, la vida del zorro, que es un animal al que cazamos, pero también amamos y admiramos… sentimientos que ellos no podrán comprender jamás. Para nosotros, la caza del zorro con perros de madriguera no es “un método de gestión” destinado a controlar sus poblaciones. No cazamos zorros porque sean “predadores despiadados que esquilman nuestros cotos”. Los cazamos porque son nuestra especie favorita, como para otro pueda ser la perdiz o la liebre. De ahí que tratemos siempre al animal con dignidad y respeto, que no le provoquemos sufrimiento innecesario, que no metamos nuestros perros en las madrigueras cuando hay zorras paridas o que reconstruyamos las galerías si por circunstancias hemos tenido que excavar. Disfrutamos cuando mediante el trabajo de los perros conseguimos abatir al zorro, pero también cuando él, con sus astucias, nos burla.
Quiero hacer un llamamiento aprovechando la oportunidad que me brinda este medio. En primer lugar para que la gente que graba y pone en circulación estos vídeos cruentos y crueles de pésimo gusto se lo piense dos veces antes de hacerlo… Pero como la mayoría de éstos no van a atender a razones y ni siquiera leerán estas líneas, a vosotros, los cazadores de bien, para que no compartáis ese tipo de vídeos que tantísimo daño, más aún, están causando a un colectivo que por desgracia siempre va a estar en el ojo del huracán. No les demos nosotros mismos la pistola cargada a quién quiere finiquitarnos.