Cristian López Méndez, un cazador gallego de 18 años de edad que hace unos días denunció en declaraciones a Jara y Sedal que su cuadrilla ha perdido en total doce canes en los dos últimos años debido a los ataques del lobo, ha lamentado también en palabras a este medio la muerte del perro de otro de sus compañeros en las fauces de un lobo. Ocurrió en la madrugada de este sábado a tan sólo 100 metros de las casas en Campos de Vila, Quiroga, en la provincia de Lugo.

«Mi compañero tenía este setter como perro perdicero, pero también de compañía. De repente vio que no volvía el perro y, cuando lo encontró, ya estaba muerto», explica este cazador, que denuncia que los ataques son «día tras día» en la zona, donde viven una situación «dramática». El perro se llamaba Moro y tenía dos años de edad.

Se la juegan día tras día que salen de caza

«Lo peor de todo esto es que la Administración no da ninguna solución: los cazadores tendremos que dejar de cazar, porque criar a tus perros para que se los coman los lobos es insoportable», defiende este cazador. «A nosotros nos han comido seis perros y a los demás miembros de las cuadrillas otros seis en los últimos años, ¿con qué ilusión cría y enseña uno a los perros para que luego pasen estas cosas?», se pregunta el joven visiblemente afectado tras lo sucedido.

Otro caso reciente en Galicia: un lobo mata a la perra de un cazador en un campo de entrenamiento de Galicia

Un lobo mata a la perra de un cazador en un campo de entrenamiento de Galicia
A la derecha, la perra que el lobo ha matado esta mañana en Galicia.

«Esto no tiene nombre». Con estas palabras mostraba su indignación a Jara y Sedal Manuel Ángel Martínez hace mes y medio. Este cazador, que es miembro del Tecor de San Vicente de Vimianzo (La Coruña), acababa de ver cómo el lobo mataba y devoraba a uno de los perros que hoy se encontraba en la zona de entrenamiento de su coto.

Martínez explica a este medio que otro compañero cazador acudió a primera hora de la mañana a entrenar a su sabuesa ‘Tany’ a la zona habilitada para ello en su tecor. «Se despistó del dueño durante unos minutos, después de entrar en la maleza, con la mala suerte de que fue a toparse con un lobo que estaba encamado». Más información aquí.