La Comisión de Asuntos Económicos del Senado en Francia aprobó en segunda lectura el proyecto de ley destinado a limitar el cercado de áreas naturales y la alimentación artificial de las especies de caza. Esta propuesta tiene como objetivo combatir el «encarcelamiento de la naturaleza» que impide la libre circulación de los animales.

El senador Laurent Somon, creador del proyecto de ley, fue quien alertó de la masiva instalación de cercados en la región francesa de Sologne, donde este problema se acentúa. Aproximadamente 4.000 kilómetros de vallas impiden actualmente el movimiento de animales en la región en la que, ya sea para delimitar fincas de caza o para proteger parcelas privadas, los cercados han aumentado significativamente desde la década de los noventa.

Un cazador apunta en una finca cercada en Sologne, Francia. © Israel Hernández

Bérangère Abba, Secretaria de Estado para la Biodiversidad en 2021, cuando se inició el proyecto, relacionó en un mensaje publicado en su cuenta oficial de Twitter los vallados de fincas con «interrupciones de las continuidades ecológicas» y los «problemas de salud», además de cuestionar la ética de las cacerías realizadas en los terrenos vallados conocidos como «cercones».

Casi un año después, el 10 de enero de 2022, el texto recibió la aprobación unánime del Senado y de la Asamblea Nacional el 6 de octubre. Después de algunos cambios, el pasado miércoles el Comité de Asuntos Económicos del Senado aprobó en segunda lectura el proyecto de ley de Jean-Noel Cardoux que podría ser aprobado de manera definitiva este martes.

Vallas a 30 centímetros sobre el suelo y de una altura máxima de 1,20 metros

El proyecto de ley requiere que los cercados en Francia estén a partir de 2023 «colocados a 30 centímetros sobre la superficie del suelo» y limitados a 1,20 metros de altura, lo que supone que no serán efectivos para el caso de los jabalíes u otras especies de caza mayor como el ciervo, que podrán sortearlos fácilmente.

No obstante, la normativa prevé excepciones para las determinadas parcelas agrícolas o ganaderas, los vallados en lugares de interés público o las necesarias para la defensa nacional, la seguridad pública, la protección de los jardines abiertos al público o en concretas explotaciones agrícolas o forestales.

El plazo para que las vallas existentes cumplan la normativa se ha reducido a 4 años, «lo que parece suficiente en particular para regular los animales que podrían ser liberados», según expone el texto. Por lo tanto, en 2027, deberían haberse eliminado todos los vallados que no cumplan con el proyecto, de aprobarse este finalmente. En cuanto a la retroactividad de la ley, el texto recoge que se verán afectadas las vallas instaladas a partir de 1993, habiendo establecido los diputados y senadores la «prescripción de treinta años».

La enmienda que impedirá cebar a los animales

Varios jabalíes se alimentan de mazorcas de maíz en un cebadero. © Shutterstock

Si bien todas las enmiendas al texto aprobadas por la Asamblea Nacional contaron con el visto bueno del comité, según recoge Maireinfo, un artículo fue enmendado. Los eurodiputados votaron a favor de prohibir la alimentación artificial, con la excepción de los vallados de carácter científico.

Según el creador del proyecto, «esta prohibición general es ilógica, ya que se aplicaría tanto a los espacios cercados como a los abiertos a la vida silvestre». Por ello, Laurent Somon ha asegurado que se ha presentado una enmienda para solicitar que se prohíban estas prácticas «solo en espacios herméticamente cerrados, dejando al gobierno especificar las excepciones».

Actualmente, de acuerdo con las disposiciones del artículo L425-5 del Código Ambiental, la alimentación suplementaria en los cotos de caza de Francia está autorizada en las condiciones definidas por el correspondiente plan técnico departamental.