Nos remontamos al otoño de 2019: en aquel miércoles día 20 de noviembre decenas de medios europeos, algunos de ellos españoles, se hacían eco de una noticia sobrecogedora que ponía en el punto de mira y criminalizaba a los cazadores. En ella, se daba a conocer la trágica noticia de una joven embarazada de 29 años que había muerto, junto al bebé que esperaba, por las mordeduras de varios «perros de caza» mientras paseaba por el bosque de Retz, al norte de París.

En España, medios como ABC, El Mundo, La Vanguardia, Antena 3, 20 Minutos y agencias como EFE o AFP se hicieron eco de la ‘noticia’. Todo un río de comentarios de odio contra los cazadores alimentó las redes sociales de todo el mundo mientras organizaciones animalistas clamaban contra la caza y los cazadores.

Analizaron el ADN de la rehala y de su propio perro

Ahora, un año después, el informe pericial encargado por el juez de instrucción y publicado el 31 de octubre ha arrojado conclusiones preliminares sobre la realidad de lo que ocurrió: fue el propio perro de la mujer el que la mató y no unos perros de caza.

Dos expertos forenses veterinarios cuestionaron el comportamiento de Curtis –que así se llamaba el American Pitbull Terrier– y encontraron que el tamaño de las heridas encontradas en el cuerpo de la víctima coincidía con el tamaño de los dientes y la mandíbula del perro de compañía de la víctima, según informan medios como Le Figaro.

Haciéndose eco de este informe, los resultados de las pruebas de ADN realizadas en más de 60 perros de caza muestran que no se encontró ADN de los perros de la Sociedad de Caza en el cuerpo de la víctima. El informe afirma que el ADN de su perro Curtis fue encontrado «en varios puntos de las heridas en el cuero cabelludo de la víctima, debajo de una de sus uñas y en la ropa de la Sra. Pilarski».

«Ningún elemento permite cuestionar a los perros pertenecientes a la sociedad de cazadores»

«En este momento de la investigación, las pruebas periciales convergen y tienden a demostrar la participación exclusiva del perro Curtis en las mordeduras que llevaron a la muerte de la señora Pilarski, su dueña, sin que ningún elemento permita cuestionar a los perros pertenecientes a la sociedad de cazadores», escribe el fiscal interino de Soisson.

La declaración del fiscal subraya además que el perro Curtis – de raza American Pitbull Terrier y criado en los Países Bajos– había sido introducido ilegalmente en Francia y que había sido objeto de «entrenamiento para morder».

Este tipo de formación es una forma de aprendizaje prohibida en Francia y «que puede resultar de actos de maltrato animal», según sigue recogiendo Le Figaro. «Es probable que este método de formación elimine cualquier capacidad de control o discernimiento y lleve a comportamientos de discriminación en relación con el objeto o la persona mordida», explica el fiscal interino.

El dueño de los perros, destrozado tras el linchamiento mediático

Sébastien Van den Berghe, jefe de la cuadrilla Rallye la Passion, expresó su alivio en declaraciones al citado medio. «Mis perros están fuera de discusión, ¡mi honor ha sido lavado finalmente! Si bien esta prueba de inocencia no reparará el daño que nos han hecho las falsas acusaciones y amenazas que hemos tenido que soportar durante casi un año, es una gran satisfacción que nos ayudará a superar nuestro dolor y nuestra rabia», dijo el cazador.