Un rehalero de Huelva ha sido condenado a nueve meses de cárcel, dos años de inhabilitación para oficio o comercio con animales y la obligación de asistir a un curso por haber cortado orejas y rabos a sus perros.
28/9/2018 | Redacción JyS

Rehalero con perros con oreja y rabos cortados en una imagen de archivo. /Amable González
Rehalero con perros con oreja y rabos cortados en una imagen de archivo. /Amable González

El Juzgado de lo Penal número 3 de Huelva ha condenado a nueve meses de prisión a un hombre de Cala (Huelva) que le había cortado las orejas y el rabo a veinte de sus perros. Tras alcanzar una conformidad, ha sido acusado de un delito continuado de maltrato a animal debido a realizarlo, según ha informado La Sexta, sin certificado veterinario.
Según fuentes judiciales, además de la pena de la cárcel, el juzgado lo ha condenado a la inhabilitación para oficio o comercio con animales durante dos años. A su vez, le suspende la pena durante el mismo periodo con la obligación de realizar un curso de protección de animales.

Corte de orejas y rabos en perros de caza

El corte de orejas y rabos en perros de rehala se considera una práctica tradicional para evitar que las zarzas los dañen durante el ejercicio de la caza. Pero según la normativa al respecto (Ley 5/1997 de protección de animales de compañía y el Decreto 134/1999 de 24 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de la citada Ley) están prohibidos, excepto si se practica de manera controlada por veterinarios que certifiquen su necesidad por exigencias funcionales o para mantener las características propias de la raza. 
Según informa el citado medio, el corte de orejas y rabos que profirió el hombre de Cala a sus perros no se encontraría amparado por ningún certificado veterinario ni por causa de necesidad, de ahí la condena. Además, según han descrito, los animales no presentaban ningún tipo de certificado, factura de compra o documento de cesión o transferencia de su titularidad.
El juicio ha venido derivado de la operación ‘Ears’, en la que se detuvieron en 2016 a unas 32 personas entre veterinarios y propietarios por supuestamente mutilar indebidamente rabos y orejas a perros en la provincia onubense.