El mundo marino ha sido testigo de un momento histórico: por primera vez, se ha logrado grabar en su entorno natural al calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni), una de las criaturas más misteriosas del océano. El hallazgo se produjo el pasado 9 de marzo de 2025 durante una expedición del Schmidt Ocean Institute cerca de las Islas Sandwich del Sur.
Un siglo después de su identificación formal
Este logro llega exactamente cien años después de que el zoólogo Guy Coburn Robson describiera por primera vez a esta especie en 1925. Desde entonces, el calamar colosal se había mantenido como un enigma casi mitológico. La comunidad científica solo había podido estudiarlo a partir de restos encontrados en estómagos de cachalotes o de ejemplares muertos enredados en redes de pesca.
Las imágenes, obtenidas gracias al vehículo remoto SuBastian, muestran a un ejemplar juvenil de apenas 30 centímetros. A pesar de su tamaño, los adultos de esta especie pueden alcanzar hasta siete metros de longitud y pesar cerca de 500 kilos, lo que los convierte en los invertebrados más pesados del planeta, según un informe de Roper y Jereb (2010) elaborado para la FAO.
Más corpulento que el calamar gigante
Una de las grandes diferencias del calamar colosal respecto a su pariente, el calamar gigante (Architeuthis dux), es su impresionante corpulencia. Aunque este último puede ser más largo, el colosal posee un cuerpo mucho más robusto y adaptado a las gélidas y profundas aguas del océano Austral.
La doctora Kat Bolstad, experta en cefalópodos de la Universidad Tecnológica de Auckland, destacó la dimensión emocional del hallazgo: «Durante un siglo, el calamar colosal fue para nosotros casi una criatura mitológica, conocida solo a través de fragmentos y cadáveres».
Aún quedan muchos misterios por resolver
El avistamiento no solo proporciona nuevas posibilidades para la investigación, sino que también confirma teorías sobre el comportamiento reservado del calamar colosal y su predilección por hábitats profundos. Sin embargo, sigue habiendo grandes lagunas en el conocimiento de su ciclo vital.
Se sabe que los juveniles poseen cuerpos translúcidos que se oscurecen con el tiempo, pero se desconocen datos clave, como su longevidad o estrategias de reproducción. Estudios recientes, como los de Hoving y Robison (2020), sugieren que estos animales han desarrollado formas de vida únicas para sobrevivir bajo condiciones extremas.
Desde el Schmidt Ocean Institute subrayan que esta grabación no supone un punto final, sino el inicio de una nueva etapa para desentrañar los secretos de los gigantes abisales.