Para tratar de dar con las razones por las que nuestras perras de caza no se quedan preñadas debemos conocer, ante todo, los puntos clave del funcionamiento de su ciclo reproductivo, algo ligado íntimamente a cada raza. Pero no sólo ellas tienen la ‘culpa’: el problema también puede tener su origen en el macho, en su calidad seminal. Entremos en materia.

Alteraciones físicas

Si tu perra no se queda preñada debes realizarle un examen físico completo, además de otro de sus genitales, ya que los animales que presentan estrecheces en la vagina o una vulva poco desarrollada tendrán problemas durante el coito y no quedarán gestantes aunque presenten celos normales.

Presencia de enfermedades

Es básico realizar un hemograma y bioquímica sanguínea para descartar que esté enferma. Hay pruebas más específicas y necesarias, como chequear la función tiroidal, porque las perras hipotiroideas pueden tener problemas reproductivos. También será necesario analizar determinadas bacterias causantes de infertilidad como Brucellas, con muestras de la mucosa vaginal o de sangre, según el caso.

Alteraciones de útero y ovarios

Si el útero presenta anormalidades los embriones no podrán anidar. Una técnica poco invasiva y económica para su diagnóstico es la ecografía, aunque en determinadas patologías es necesario realizar una biopsia uterina. Lo mismo ocurre con los ovarios, que pueden presentar quistes productores de hormonas que van a alterar el ciclo de la perra de caza. 

Otros problemas

Montas anteriores o posteriores a la ovulación; dolor coital; excesivo peso del macho; semen de mala calidad…

¿Y los machos?

Se puede producir por dolor durante la monta, tanto en la zona genital como en músculos y articulaciones. También puede aparecer por problemas hormonales, como falta de producción de testosterona o, como en el caso de ellas, hipotiroidismo. Otras razones de ausencia de libido pueden derivar de ser perros mayores, con problemas de socialización –muy agresivos o miedosos– o que han tenido malas experiencias previas con hembras agresivas. 

Se produce la monta pero no deja preñada a la hembra
Esto se da en perros de caza menores de 18 meses o mayores de ocho años, cuando la fertilidad es menor. En este caso hay que hacer un examen físico completo del perro con especial hincapié en los genitales para descartar dermatitis escrotales, frenillo persistente o tumores testiculares, así como un análisis de sangre.

El siguiente paso es analizar la calidad del semen para valorar el volumen recogido, su color, la concentración y motilidad de los espermatozoides y si éstos no son viables. Tales análisis se pueden realizar en los hospitales veterinarios de determinadas facultades de Veterinaria. Tienen un coste aproximado de unos 180 euros.