Los zorzales son aves que se caracterizan por su capacidad de migrar, pero no todos los que podemos observar en España tienen este comportamiento. Existen cuatro especies de zorzales que podemos encontrar en nuestro país: el zorzal común, el zorzal charlo, el zorzal real y el zorzal alirrojo. De estas, solo las dos primeras pueden reproducirse en España, mientras que las otras dos solo las veremos durante el invierno, cuando vienen a buscar un clima más benigno y alimento abundante.

La migración de los zorzales es un fenómeno complejo y fascinante, que depende de muchos factores, tanto internos como externos. Los zorzales se alimentan principalmente de frutos, pero también pueden comer semillas y pequeños animales, como caracoles. Para aprovechar al máximo los recursos disponibles, los zorzales han desarrollado diferentes estrategias de adaptación y supervivencia, que implican desplazarse más o menos kilómetros según las condiciones climáticas y la disponibilidad de alimento.

En este artículo vamos a intentar responder a algunas preguntas frecuentes sobre la migración de los zorzales, basándonos en los datos disponibles y en los resultados del Proyecto Zorzales, una iniciativa impulsada por la Fundación Artemisan y la Universidad de Navarra para estudiar el estado de conservación y la gestión sostenible de estas aves.

¿De dónde proceden los zorzales que llegan a España?

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Zorzal. © Shutterstock

Los zorzales que llegan a España proceden principalmente de Europa y parte de Asia, pero no todos vienen del mismo lugar. Según la especie, el origen puede variar considerablemente. Por ejemplo, el zorzal común es la especie más abundante y también la más diversa en cuanto a su procedencia. Según la tesis doctoral de Santos (1982) basado en datos de anillamiento, hay tres grandes áreas de origen para los zorzales comunes que llegan a España: la mitad occidental recibe ejemplares procedentes de las Islas Británicas, Noruega y Dinamarca; la zona centro, de Suecia, Bélgica, Holanda y Francia; y la mitad oriental-Levante, de Rusia, Finlandia, Polonia, Checoslovaquia, Alemania, Austria e Italia.

Estos datos se han confirmado con el uso de dispositivos GPS que permiten seguir el movimiento de los zorzales marcados dentro del Proyecto Zorzales. Por ejemplo, se ha registrado un caso de un zorzal que migró desde Navarra hasta Finlandia, pasando por varios países europeos. Sin embargo, no todos los zorzales comunes migran tan lejos. Dentro de la misma especie hay individuos que se quedan en España todo el año, y otros que realizan movimientos internos según las condiciones climáticas.

En cuanto al resto de especies, el origen es menos conocido. El zorzal charlo también puede criar en España, pero su población se incrementa en invierno con la llegada de ejemplares procedentes del norte y centro de Europa. El zorzal real y el alirrojo son especies exclusivamente invernantes en España, y se cree que provienen principalmente del norte y este de Europa. Estas dos especies son menos abundantes que las anteriores y tienen una distribución más restringida.

¿Cuántos llegan a España?

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Zorzales. © Shutterstock

Es difícil estimar el número exacto de zorzales que llegan a España cada año, ya que depende de muchos factores que pueden variar entre temporadas. Sin embargo, se han realizado algunos estudios que ofrecen cifras aproximadas.

Para el caso del zorzal común, se ha sugerido que su población invernal en España podría superar los cinco o seis millones de ejemplares, lo que supone una gran parte de la población europea. Para el zorzal charlo y el real, se han estimado unas poblaciones máximas invernales en Cataluña de 420.000 y 144.000 individuos respectivamente. Para el alirrojo no hay estimaciones disponibles.

¿Por qué migran los zorzales?

La migración es un comportamiento que tiene como objetivo optimizar las condiciones de vida de las aves. Los zorzales migran principalmente por dos razones: buscar un clima más favorable y encontrar alimento suficiente. Estas aves se alimentan sobre todo de frutos, que son una fuente de energía muy importante para ellos. Sin embargo, los frutos no están disponibles todo el año en todas las zonas, y su producción puede variar según las condiciones climáticas. Por eso, los zorzales se desplazan hacia aquellas áreas donde pueden encontrar frutos en abundancia.

Los zorzales también pueden consumir otros tipos de alimento, como semillas y pequeños animales, pero estos no son tan nutritivos ni tan fáciles de encontrar como los frutos. Por eso, los zorzales prefieren los hábitats donde hay árboles y arbustos que producen frutos, como encinas, alcornoques, olivos, madroños, zarzas, etc. Estos hábitats suelen estar más presentes en el sur de Europa que en el norte, donde el clima es más frío y seco. Por eso, muchos zorzales que crían en el norte y centro de Europa migran hacia el sur cuando llega el invierno.


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Sin embargo, no todos los zorzales migran igual. Como hemos visto, hay especies que pueden criar en España y otras que no. Dentro de las mismas especies, hay individuos que migran más que otros, e incluso hay algunos que no migran en absoluto. Esto depende de varios factores, como la condición corporal, la competencia por el alimento, la presión depredadora o la disponibilidad de hábitats adecuados. Los zorzales que están en peor estado físico o que tienen más competencia por el alimento tienden a migrar más que los que están mejor nutridos o que tienen menos competencia. Los zorzales que tienen más riesgo de ser depredados o que no encuentran hábitats adecuados también tienden a migrar más que los que tienen menos riesgo o que encuentran hábitats óptimos.

La migración es una estrategia evolutiva que ha permitido a los zorzales adaptarse a las condiciones cambiantes del medio ambiente y aumentar sus posibilidades de supervivencia y reproducción. Sin embargo, la migración también tiene sus costes: implica un gran gasto energético, un mayor riesgo de mortalidad por causas naturales o antrópicas y una menor fidelidad a los lugares de cría e invernada.

¿Por dónde entran los zorzales a España?

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Cazador y su perro con un zorzal recién cobrado. © Sonia García

Existen dos rutas principales que siguen estos pájaros para entrar en la Península: la ruta pirenaica y la ruta del Levante.

La primera consiste en evitar la cordillera de los Pirineos, que supone un obstáculo natural, y cruzar por el País Vasco y Navarra desde la costa atlántica francesa. Esta ruta les permite distribuirse por gran parte del territorio peninsular, incluyendo Portugal y el sur de España, donde cruzan el Estrecho de Gibraltar para llegar a África. La segunda entra por el extremo oriental de los Pirineos y sigue la costa mediterránea, conduciendo a los zorzales al este de la Península y al norte de África.

No se sabe con exactitud cuántos zorzales utilizan cada ruta, pero se estima que el 70% de los que se ven en los cotos de caza son comunes, el 25% alirrojos y el 5% reales y charlos. Estas especies tienen diferentes hábitos migratorios, que dependen de varios factores ambientales y biológicos.


Los zorzales comienzan a llegar por miles a España


¿Cuándo vienen los zorzales a España?

Los zorzales empiezan a migrar hacia la Península en otoño, pero su ritmo varía según el tiempo que haga en Europa. Buscan condiciones favorables para gastar menos energía en el viaje, como temperatura, viento y lluvia. También influye el estado físico de los individuos y el momento de la reproducción: los más débiles migran más que los más fuertes, y los años que se adelanta la cría, también se adelanta la migración. Todo ello responde a una adaptación evolutiva para sobrevivir mejor.

Los zorzales abandonan España entre enero y marzo, según el clima, para volver a sus lugares de origen en Europa. Por eso, en febrero se termina su temporada de caza. Sin embargo, se ha observado que los zorzales hacen migraciones más cortas y que algunas especies, como el real y el alirrojo, llegan más tarde y se van antes de sus lugares de invernada. Esto se relaciona con el cambio climático, que afecta a sus patrones migratorios.

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