Editorial
El actual presidente de la Real Federación Española de Caza, Ángel López Maraver, cometió ayer un gravísimo error: anunció que concurriría a las próximas elecciones europeas como candidato de VOX. El error no es formar parte de este proyecto político liderado por Santiago Abascal que está defendiendo la caza a capa y espada como nunca antes otro partido lo ha hecho. Ese gesto es correcto y totalmente respetable. El fallo es haberlo hecho sin haber renunciado a su cargo como presidente del mayor órgano de representación de los cazadores. Una temeridad mayúscula de consecuencias imprevisibles.
La mayor parte de las federaciones autonómicas que dan vida a la RFEC han emitido comunicados manifestando su rechazo a esta noticia que, incomprensiblemente, también les ha pillado por sorpresa. Ángel López ha demostrado una grave irresponsabilidad, impropia del cargo que ostenta, al vincular de una manera tan obscena a la federación que representa a todos los cazadores federados con un partido político. Esa es una línea que jamás debe cruzar, sea cual sea la opción política. La excusa de que lo hace a título personal no sirve. Teresa Ribera ya la utilizó para resguardarse del huracán que provocó al asegurar que prohibiría la caza y los toros y Maraver fue el primero en recordarle que, al aceptar el cargo, hablaba como ministra de todos los españoles. Por si fuera poco, la formación de Abascal dio la noticia afirmando que «Vox consolida su compromiso con la caza ofreciendo al presidente de la RFEC ser candidato a las elecciones europeas». No se referían a su persona, sino a su cargo.
Se equivoca Ángel López si piensa que dando esta noticia a seis días de las generales va a conseguir el favor de los cazadores en las urnas. De hecho, la reacción en redes sociales ha sido furibunda. No contra el partido, sino contra el candidato. El presidente de la RFEC ha olvidado que quien le paga la nómina y le permite hablar en su nombre son cientos de miles de cazadores de todo tipo, color y condición. El hecho de no exponer su decisión al debate del consejo interautonómico que gobierna la RFEC, y de que sus miembros conociesen la noticia pocos minutos antes de que saltase a la prensa, demuestra una doble irresponsabilidad y una nula consideración con el mundo cinegético en su totalidad. Necesitamos una federación fuerte, unida, y capaz de sentarse con todos los partidos políticos, especialmente tras unas elecciones generales que van a dejar el arco parlamentario muy fragmentado y en el que cada mejora para nuestro sector va a necesitar el apoyo de varios grupos políticos.
Por si fuera poco, Ángel López ha manifestado que no tiene intención de dimitir y ha llegado a asegurar que «la caza no puede seguir siendo apolítica». Es una enorme necedad confundir no ser apolítico con ser partidista. La caza dejó de ser apolítica gracias al trabajo llevado a cabo por la Federación Andaluza de Caza con su exitosa campaña ‘La Caza También Vota’, con la que logró colocar a la caza en el tablero político en toda España. La torpeza del presidente de la RFEC nos coloca de lleno en el gravísimo error que siempre debió evitar: su politización. Por eso es urgente que, si de verdad quiere trabajar por la caza, abandone su cargo y luche por ella desde Vox en el Parlamento Europeo. Es una cuestión de honradez y de responsabilidad. Le deseamos la mejor de las suertes.