No era un día diferente en la vida de Carlos Ballarín y de Mario Vallejo, al menos eso parecía. Estos dos pescadores, tal y como tantas veces antes han hecho, decidieron acercarse al río Ebro. Entonces, el avistamiento de un siluro blanco de impresionantes dimensiones les dejó absolutamente boquiabiertos.

Al llegar al lugar, ambos decidieron cambiar levemente el destino que en principio se habían planteado y probar un puesto en el que nunca antes habían pescado, tal y como han contado al equipo de Jara y Sedal. De este modo, descubrieron una nueva zona y allí, a las afueras de Zaragoza, fue donde se dieron cuenta de la presencia del enorme animal.

Entonces, se propusieron la labor de sacar al pez a la orilla, pero esto no resultó tan sencillo como pensaban. Carlos y Mario dedicaron casi media hora a luchar contra el siluro blanco y, finalmente, consiguieron reducirlo.

El siluro blanco medía más de 2,30 metros

Otro de los protagonistas junto al gran pez.

Después de «dos picadas de siluros pequeños», cuenta Ballarín, «una gran picada hizo que mi compañero Mario saltara de la silla. Cuando él cogió la caña, ya me dijo que notaba que era grande por cómo tiraba, pero en ningún momento nos esperábamos que fuera a ser albino».

«De ese tamaño ya hemos sacado anteriormente, pero albino nunca habíamos visto ninguno. Una vez en la orilla, no nos creíamos lo que habíamos sacado», detalla uno de los pescadores. Después de esto, volvieron a devolverlo al agua.

El tamaño exacto del siluro blanco era de 2,31 metros de largo, aunque la cifra de su peso no pudo ser indicada con tanta precisión. Esta estaría, haciendo caso a los cálculos de Carlos, entre los 80 y los 90 kilogramos.

Sin duda, este es un momento de sus vidas que se les quedará marcado para siempre en sus memorias, así como en los medios de comunicación que nos hemos hecho eco de la hazaña.