El pescador Pedro Díaz López, natural de la localidad de Ruecas (Badajoz), pescó el pasado 24 de febrero en un pantano de la provincia de Cáceres una carpa que alcanzó la descomunal cifra de 37,350 kilos. Se trata, por tanto, de uno de los peces de esta especie más grandes capturados en España.

Díaz, que iba acompañado en la jornada de su amigo Eduardo Bravo, de Cáceres capital, ha narrado a la redacción de Jara y Sedal todos los detalles de dos jornadas de pesca que jamás olvidará.

Una imagen más de la gran carpa. © P.D.L.

Una picada a las 6:00 horas de la mañana

Aquel jueves, 24 de febrero, la picada llegaba tarde: «Estábamos dormidos, porque mordió el anzuelo a las 6:00 horas de la mañana. En un primer momento no parecía una picada, ya que ésta se inició muy despacio. Parecía un pez muy pequeño o una tenca», explica sobre el sorprendente momento.

«Esperamos un poco, estuvimos mirando la caña, y vimos que subió el tensor. En ese momento decidimos clavar, ya que sabíamos que era un pez, y ya vimos que pesaba y bastante, aunque no tiraba», expresa el pescador.

La lucha duró aproximadamente unos 15 minutos, si bien «no tiraba mucho», dice. «Cuando llegó a la orilla, le di un poco de carrete y se cansó rápido», explica Pedro. Entonces la metieron en la sacadera, alumbraron con la linterna y fue cuando se dieron cuenta de que habían conseguido un animal descomunal: «Me dije a mí mismo que ya me podía ir para casa, porque ya tenía lo que quería, una enorme carpa que sabía que estaba por el lugar», expone el joven.

Un cebo muy apetitoso y otra captura destacable

Como cebo para capturar la gran carpa Díaz utilizó un mix de semilla de maíz, trigo, cañamón, chufa, garbanzo, guisante… todo ello cocido y machacado con un toque de activador y estimulador de apetito.

Horas después su amigo Eduardo luchaba con otro gran ejemplar de 24,600 kilos: «Fue una picada similar, sobre las 11:00 horas de la mañana. No nos creíamos lo que había pasado del pez anterior todavía y cuando nos metimos en el coche sonó el receptor y el péndulo se fue hacia arriba. Mi amigo clavó la carpa y, aunque parecía que era pequeña, resultó ser todo un balón, redondísima», concluye el pescador.