El pasado año, el pescador Carlos Ramírez consiguió capturar un dentón de récord gracias a sus 18,75 kilogramos de peso. Esto sucedió en aguas de Ceuta y, ahora, un aficionado a la pesca y veterinario ha contado al equipo de Jara y Sedal el desenlace de esta escena, que no terminó con la captura del animal.

Su nombre es Daniel Martínez Gago y tal y como ha asegurado, en sus «ratos libres» se dedica a «reconstruir los cráneos de distintas especies de peces», tanto para él mismo como para otros pescadores, «a modo de recuerdo».

© Juanjo Quintero

Al enterarse de la noticia y del ejemplar tan destacado que habían capturado en Ceuta, Gago decidió ponerse en contacto con ellos y puso a su disposición su perfil de Instagram para que supieran más acerca de los trabajos que realiza.

El dentón viajó de Ceuta a Burgos para reconstruir su cráneo

Fue de este modo como empezó a coordinarse con el restaurante Goichu, al que le había vendido Carlos el ejemplar. «Se preocuparon en hacérmelo llegar desde Ceuta hasta Burgos porque eran conscientes de que no es nada habitual encontrar un pez así», ha detallado.

Desde que lo recibió, el proceso llevado a cabo por el veterinario parte del «hervido, maceración, desengrasado, blanqueado, dejar expuesto durante dos meses para ver si aparecen defectos» y, por último, el montaje.

© Juanjo Quintero

Para este paso final viajó hasta Tarifa, donde trabajó con un amigo que se encargó de su pintura, así como la grabación del vídeo que tan viral se ha hecho en las redes sociales y la realización de las fotografías del proceso y el resultado, por parte de Juanjo Quintero.


Un veterano pescador muestra el truco con el que es capaz de coger un enorme black bass con la mano


Lo más destacable para Gago, según él mismo ha garantizado, es que, a pesar de no conocer previamente a ninguna de las personas que colaboraron con él, todos han mostrado «la mejor disposición, teniendo como único nexo el pez». «Eso es lo que me hace sentir que la historia es muy bonita», ha valorado.

© Juanjo Quintero

«La aventura del pez terminará cuando consiga un hueco para bajar en persona a Ceuta y entregarla al restaurante, para que todos sus residentes y sus visitantes puedan apreciar los tesoros que dan sus aguas», ha concluido el veterinario.