El pasado viernes saltaba la noticia: un pescador había logrado capturar en un pantano de la provincia de Cáceres una carpa de 38 kilos, dos más que el actual récord nacional registrado por la ICFA de José Pérez Salgado y también de la carpa de más de 36 kilos capturada en el año 2019 en el pantano de Orellana.

El afortunado fue el pescador pacense Juan María Gargantilla Alcañiz, que actualmente vive en la Sierra de Gata y que se aficionó a la pesca hace tan sólo unos meses. Jara y Sedal ha mantenido una conversación con el protagonista, que prefiere mantener en el anonimato el lugar en el que se pescó el ejemplar de ciprínido, del que siente un «orgullo» interior «difícil de narrar».

«Me aficioné a la pesca el verano pasado y, con tan sólo unos meses practicando la actividad, será difícil que a lo largo de mi vida iguale la captura que he logrado obtener», explica. Fue el pasado mes de febrero cuando decidió apuntarse al pantano en el que capturó este monstruoso ejemplar de carpa «y la verdad es que no había tenido suerte hasta ahora», confiesa Gargantilla sobre el lance que tuvo lugar la semana pasada.

Así fue la picada: al principio creía que era un cangrejo

Juan María explica que la picada llegó sobre las 19:00 horas de la tarde, «poco antes de empezar a recoger». Era «un día normal y corriente, uno más de todos los que acudimos al pantano». Sin embargo, notó esta vez algo raro notó en el puntero de la caña: «Todo el día, los cangrejos habían estado moviendo el cebo, ya que hay una alta densidad de estos animales en el pantano. Pero aquel movimiento no era normal…», describe sobre el instante en el que la carpa picó a la chufa y maíz artificial que tenía puesto como cebo. Su caña Fox Horizon X3 de 13 pies y su carrete trabuco 6.000 se preparaban para la batalla…

En cuanto pegó el tirón a la caña, la carpa comenzó a luchar: «Aunque no era una fuerza descomunal la que hacía en comparación con el peso que tenía, yo estaba estupefacto. Era la primera picada que tenía en ese pantano y no daba crédito a lo que estaba viendo. Cuando la carpa asomó la cabeza sobre el agua, el corazón me dio un vuelco…», relata Juan María.   

«Perdí la noción del tiempo»

No recuerda ni siquiera lo que tardó en sacarla: «Perdí hasta la noción del tiempo. Fue algo que jamás olvidaré, pero de lo que creo que ni fui consciente en ese momento», admite Juan María. Sobre el momento del pesaje, indica que dio 39 kilos, pero le tuvieron que restar uno por el peso de la propia saca.

Por último, el pescador explica que no valoró la idea de certificar oficialmente el récord por no dar pistas del lugar en el que fue pescada: «Por no reventar la zona decidí no hacerlo», concluye.