Un equipo de investigadores trabaja para estudiar en profundidad una escultura de piedra de una Virgen de apariencia gótica que, según los primeros análisis, podría datar del siglo XIV y que fue localizada en los últimos días de forma casual por un pescador. La escultura se encontraba semisumergida en una zona de poco caudal en el río Sar, a su paso por Santiago de Compostela.

Según ha informado EFE, el autor del hallazgo es Fernando Brey Quintela, vecino de la localidad pontevedresa de A Estrada, que se desplazó hasta el citado tramo para practicar pesca deportiva y que, de repente, descubrió la obra que representa a una Virgen con ángeles.

El pescador comunicó a las autoridades el hallazgo

Tras el hallazgo, el pescador se puso en contacto con las autoridades de la región para que estudiasen el caso y, según ha dado a conocer la Consejería de Cultura de Galicia, los especialistas consultados explican que la obra «podría encuadrarse en el estilo gótico gallego». Las primeras hipótesis apuntan además que se trata de una talla del siglo XIV de bulto redondo que representa a una virgen entronizada con el Niño. A ambos lados de la Virgen, en sus hombros, surgen dos ángeles. Esta parte de la escultura está bastante desgastada, pero se aprecia el rostro y la mano de cada uno de los ángeles sujetando algún objeto o el propio manto de la Virgen.

Según las primeras hipótesis, la talla habría estado suspendida, embutida en una pared, quedando en su práctica totalidad al aire. Esta posibilidad viene reforzada por la decoración que presenta la pieza en la base, pues describe una flor de cuatro pétalos central y hojas de canto entrelazadas y, según los investigadores, no tendría sentido si estuviera apoyada en otra estructura.

La escultura habría sufrido algún golpe para desacralizarla

Tras comprobar in situ que la cara de la Virgen y la cabeza del niño desaparecieron, señalan que «probablemente» la escultura sufrió un golpe y llaman la atención sobre el desgaste de los bordes de las aristas de la rotura, que creen que fue hecho con el objeto de desacralizar la pieza.

La escultura ya ha sido recuperada del lecho del río y se ha trasladado al Museo das Peregrinacións de Santiago, donde será estudiada en profundidad para determinar su valor patrimonial.

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