El pescador Pachi Piñero, natural de la localidad jiennense de Siles y residente en Alicante, pescó el pasado viernes 21 de agosto en la costa levantina un descomunal mero de 30,5 kilos que le había picado y se le había escapado en ocho ocasiones anteriores y, además, le había partido una de sus cañas.

«Lo normal es sacar un mero de ocho o diez kilos, uno muy bueno tiene 17 o 18… pero de 30 kilos es un mero monstruoso», comienza explicando el pescador a Jara y Sedal. «Tengo compañeros que han sacado meros grandes de unos 20 o 22 kilos, pero cuando les he enseñado esta captura se han quedado impresionados», explica.

«Lo había tenido enganchado ocho veces antes»

«Llevaba ya siete meses detrás de él. Había tenido varias picadas, me había doblado anzuelos, me había partido líneas, cañas… lo he tenido enganchado hasta en ocho ocasiones, pero esta última gané yo la batalla», dice orgulloso el pescador.

Tanto es así, que en su boca se podían apreciar las heridas de batallas anteriores: «Tenía anzuelos clavados en el lado opuesto al de la picada; en concreto, tenía el labio despegado del hueso de una picada que tuve hace tres semanas en la que lo tuve clavado pero el anzuelo lo dobló y se me fue», relata.

«Mi mujer me dijo que no lo intentara, que me iba a partir otra caña»

Pachi, que actualmente está en el equipo de Galaxy Kayak España, grabó en vídeo toda la picada en una jornada en la que llevaba a cabo la modalidad de jigging. «El día anterior por la noche le dije a mi mujer como otro día cualquiera que iría a por el mero grande, y mi mujer me comentó riéndose que me partiría otra caña. Fui, y a los diez minutos de llegar me picó el grande y, seguidamente, a los quince minutos, saqué otro de unos diez kilos», relata el pescador.

Una batalla que fue breve

La batalla con el mero fue relativamente breve: «Estaba con el kayak a unos dos kilómetros de la costa, en una zona en la que hay unos 30 metros de profundidad con un vinilo plomado de 90 gramos de color naranja, que es un color que me gusta y es muy atractivo para los peces», explica Pachi.

La lucha duró sobre cinco minutos, «pero a tope, de principio a fin, sobre todo en los primeros metros, en los que la gente que conoce la pesca del mero sabe que son a tope. No puedes dejar que te gane ni un metro de línea, es un combate de fuerza a fuerza», admite Pachi. En él, utilicé un bajo de línea trenzado de 0,35 milímetros y un hilo de fluorocarbono de 0,90 milímetros con su caña Sakura.

Cuando sacó a la superficie al animal, llamó a un barco cercano para que le hiciese una foto, que es la que aparece en esta publicación. Posteriormente, se llevó el mero a casa para cocinarlo: «Me lo llevé porque los meros, cuando suben a la superficie, cogen aire, y aunque los sueltes se quedan flotando arriba. Tendría que llevar una aguja para quitarle el aire, pero hay que saber, porque le puedes pinchar una tripa y matarlo. Aunque llevo solamente dos años pescando, me gustaría aprender a liberarlos en un futuro», admite el pescador.

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El descomunal mero de 160 kilos y 50 años de edad en Florida

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El pescador, con el enorme mero. / Facebook

Los peces más grandes son a menudo también los más viejos, como el mero que te presentamos a continuación. La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida ha confirmado que este animal de 160 kilos y pescado por el capitán Jason Boyll el pasado 29 de diciembre en aguas profundas de Florida tenía ¡medio siglo de edad! Te lo contamos en este enlace.