La artista granadina Elisa Expósito Torres, que desde hace más de dos décadas vive en la localidad almeriense de Vélez-Blanco, ha decidido de un año a esta parte llevar a cabo un proyecto a través del cual plasmará en grandes dimensiones murales de pájaros en domicilios particulares. Por el momento, lleva pintadas especies como perdices, jilgueros, abubillas o mochuelos y se plantea realizar muchas más en los próximos meses.

Murales con pinturas acrílicas y barnices especiales

«A mí siempre me han movido los pájaros y mi casa tenía que estar vinculada a lo que para mí siempre es una pasión», comienza explicando Torres a la redacción de Jara y Sedal. Lleva a cabo los murales con pinturas acrílicas, «pero el acrílico ha de ser especial para soportar las inclemencias meteorológicas, en especial las radiaciones solares que se comen los colores. Tras pintarlas, hay que darle un tratamiento de barnices ultravioletas», explica a este medio.

Torres cuenta que siempre ha pintado en papel pero nunca lo había hecho en grandes dimensiones ni en murales: «Hago ilustración hiperrealista, y como la llevaba a cabo con técnica digital, mucha gente creía que mis cuadros eran fotografías manipuladas, cuando no es así. Con esto demuestro de lo que soy capaz», expone a Jara y Sedal la artista.

Torres es zoóloga y su especialidad es la pluma: «Me apasionan muchísimo las aves y, de hecho, junto con mi marido hice la primera y única guía de aves de la comarca de los Vélez. Tras ello, decidí pintar en grandes dimensiones para, además de conocer los valores naturales impresionantes que tenemos, demostrar que yo no calcaba ni manipulaba fotos», expone.

Especies autóctonas de la comarca

Decidió empezar con especies «muy familiares», con especies llamativas por su plumaje: «Mi primera obra fue el jilguero, que está posado en un cardo mariano fresco, algo que no es frecuente, puesto que ellos van a los secos. Es muy arriesgado pintar especies conocidas, porque todo el mundo cuando las ve sabe de pintura y de aves más que tú…», bromea.

Los murales están plasmados en una casa rural llamada la Casa de los Pájaros, destinada a turismo rural en la localidad: «Con esto queremos promocionar el turismo rural con interés medioambiental, vinculado a la naturaleza», detalla. Además, ya tiene en marcha un proyecto de una ruta de pintura de flora y fauna local: «Yo no pinto nada exótico, son todas especies nuestras: perdices, pardillos, verderones, jilgueros… en diferentes tipos de actitudes, poses y posadero. Todo ese tipo de fauna me la sugiere muchísimo la gente y así la llevo a cabo».

«La primera perdiz la hice en homenaje a mi padre, Luis Expósito, un cazador que me ha enseñado la esencia de mi pasión, las aves. El segundo mural con una familia al completo de perdices es un homenaje a mi amigo fallecido Blas Jesús Motos, otro cazador y gran amante de la fauna que seguro se alegra de este regalo» dice Torres.

En el futuro se plantea otras obras de grandes dimensiones siempre, que permitan mostrar la belleza de la fauna y flora local que, sorprendentemente, es la gran desconocida en muchos casos.