Pedro Álvarez, un ganadero de Cabezón de Liébana, en Cantabria, sufrió el pasado viernes el ataque de un oso que estaba devorando a una de sus cabras, tras lo que tuvo que subirse a un roble para evitar su ataque.

El suceso se produjo sobre las 17:30 horas cuando acudió, acompañado de su hijo pequeño, a recoger a su rebaño. Cuando llamó a las cabras que habitualmente acuden solas a su voz, vio cómo éstas y los perros empezaron a correr, lo que le hizo temer que podía haber un lobo. Al intentar juntar al rebaño, el ganadero «se dio de morros» con un oso que se estaba comiendo una de sus cabras.

Por fortuna había mandado a su hijo a casa antes de subir a revisar al rebaño

Restos de una cabra muerta por un oso. © P. A.

«En esta temporada, las cabras están pariendo; por el día las suelto y hacen el mismo recorrido siempre, y vienen derechas a la cuadra. Yo estaba con el crío, que tiene cinco años, esperándolas, y cuando vi que empezaron a separarse y los cuatro mastines estaban como locos pensé que eran los lobos», detala a Jara y Sedal sobre lo ocurrido.

«Cuando estaba subiendo para arriba, me di de morros con él. Según lo vi, levanté los brazos, porque vino hacia mí. Él volvió otra vez a por la cabra: solamente protegía a la cabra de mí. Y cuando se volvió, me subí a un roble y me quedé quieto, aproximadamente media hora. Él iba y venía, me controlaba, hasta que se marchó», señala el ganadero, que explica que el teléfono móvil se lo había dejado a su hijo para que jugase, al que por fortuna había mandado de nuevo a su casa antes de subir a revisar al rebaño.

El ganadero vio cómo el oso se comía a la cabra

En ese tiempo vio cómo el oso se comía a la cabra y, a la vez, «le controlaba». Finalmente, tras las voces reiteradas del hombre, el animal cogió lo que restaba de la cabra y se lo llevó, momento en el que el ganadero pudo bajarse del árbol y huir a su casa.

El ganadero ha informado del suceso a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria. «Un día va a pasar una desgracia», ha denunciado y recuerda que ha pedido a la Consejería medidas.

Ahora posee 120 cabras: hace cuatro años tenía casi 500

oso pardo
Un oso pardo en una foto de archivo. © Shuttersotck

El pastor ahora posee 120 cabras pero hace cuatro años tenía casi 500: «Entre lobos y osos me ha matado más de 100 en los últimos tiempos. Aguantamos por vocación. Estás todo el día de mal humor. Económicamente, imagínate las pérdidas. Esa cabra estaba para parir en unos días. Al llevársela entera, no voy a cobrar la indemnización, porque no tengo ni crotal ni los huesos. Y además nadie hace nada: están avisados desde septiembre, que deben llevar al oso donde quieran, pero por tirarle cuatro pelotitas no se soluciona. Si no lo quieran matar, que no lo maten. Pero que se lo lleven de aquí. Y la solución no es llevarlo a otro sitio donde haya ganado, porque se lo llevas a otro ganadero. Y en esta zona hay gente que no se atreve a pasear y turistas con miedo», denuncia.

Otro ataque a un ganadero también en Cantabria en el mes de junio

Asimismo, recordamos que el pasado mes de junio, una osa atacó a un ganadero en Los Tojos (Cantabria). El ataque se produjo mientras buscaba a una yegua extraviada y pudo salvarse subiéndose a lo alto de un árbol, según narró el afectadoLaureano Puente Sánchez -que posee una ganadería de vacas y yeguas con unos 150 animales- a esta redacción. El animal «arrancó contra mí como una fiera. Llegó al árbol, pegó una embestida y rápidamente se fue para atrás. Cuando volvió otra vez yo ya estaba muy arriba y no le dio tiempo a cogerme. Pero si en la primera arrancada hubiese intentado hacerlo, lo hubiera conseguido», señaló.

Por último, también recordamos qué debes hacer si ves un oso en el norte español, en un decálogo difundido por la Fundación Oso de Asturias, Otea y la Fundación Oso Pardo dirigidos a los visitantes y turistas, para aconsejar cómo practicar un ‘Turismo responsable en territorios oseros‘. En las publicaciones se recogen las pautas de comportamiento que se deben adoptar cuando se visitan zonas oseras.

Sobre el autor