El cazador alicantino Toni Buades, natural de la localidad de Villajoyosa, abatió el pasado fin de semana un gran jabalí canoso que sorprendió a todos los monteros. El animal, con unas prominentes defensas, fue uno de los más destacados de una jornada cinegética cuya recaudación ayudará a pagar la organización de las fiestas de la localidad de Sella, donde se llevó a cabo. Buades destaca además el exitoso resultado de una montería en abierto en la que casi todos los participantes, unos 80 puestos, cobraron alguna pieza.

Un gran jabalí que pasó muy cerca de su compañero

«Era una bestia en toda regla», asegura el cazador sobre un animal que abatió en la zona más alta de la mancha y en un lugar casi inaccesible. Del gran macho, destaca que, pese a que no pudieron pesarlo, probablemente pasara de los 100 kilos.

Fue a mitad de la jornada y después de que este cazador viese un grupo de arruís pasando por delante de él, cuando aparecía en escena el verraco: «Venía de una zona cercana a un cortafuegos, detrás de unos veinte arruís», detalla el cazador alicantino. De repente, un compañero y él escuchaban un ruido por la zona de arriba de su puesto: «No conseguíamos ver nada y esperamos cuando a los pocos segundos vi el guarro irrumpir por encima del puesto de mi compañero», describe el cazador.

El jabalí lucía unos grandes colmillos. © T. S.

Después de que pasase junto al puesto de un compañero, «y que casi le tirase el trípode» -dice entre risas el cazador-, Toni vio al animal de frente: «Apareció como una mole blanca, era muy bonito, precioso, con un pelo de invierno increíble», describe. Tras abatirlo de un certero disparo, fue a cobrarlo, momento en que advirtió el gran trofeo que portaba en su boca. «No sé si será o no medalla, pero sin duda es un trofeo único para mí», concluye Buades.

Una montería organizada por la comisión de fiestas

La montería, llevada a cabo en la localidad de Sella, estaba organizada por la comisión de fiestas. El año pasado, por la pandemia, no se realizó, pero este 2021 se montaron 80 puestos en unas 1.000 hectáreas aproximadamente en zona de monte, pinos, barrancos y vegetación espesa.

«Es un lugar que cumple bien porque los jabalíes tienen mucha defensa y alimento, cóctel perfecto para que críen mucho», explica Buades sobre el éxito de la jornada que ayudará a correr con los gastos de las festividades locales.