En las tranquilas playas del sur de la península ibérica, donde miles de personas disfrutan cada verano del mar y la brisa marina, se esconde una amenaza invisible que lleva años diezmando a una de sus aves más comunes: la gaviota. Científicos han identificado que muchas de ellas sufren un tipo de botulismo provocado por una potente neurotoxina.

La investigación, publicada en dos artículos científicos en la revista Toxins, se ha llevado a cabo en colaboración con el centro de recuperación de fauna RIAS (Wildlife Rehabilitation and Research Center of Ria Formosa), el Grupo de Investigación en Toxicología del Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), el Centre for Environment Fisheries and Aquaculture Science (Cefas), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), el Scientific and Production Center of Microbiology and Virology de Kazakhstan y el Institut Pasteur de la Universidad de París.

Este hallazgo podría poner fin a años de incógnitas en torno al conocido «síndrome parético», una enfermedad que causa parálisis severa en aves acuáticas. Durante la investigación se analizaron 571 muestras de 377 aves marinas, enfermas y sanas, recogidas en el litoral del Algarve portugués. El 100% de las aves enfermas dio positivo en neurotoxina botulínica, mientras que ninguna de las que estaban sanas presentaba restos de esta toxina.

Una enfermedad que paraliza a las aves

Gaviota afectada por el síndrome parético© María Victoria Mena Casero

El botulismo es una intoxicación causada por la bacteria Clostridium botulinum, que prolifera en ambientes cálidos y ricos en materia orgánica. Produce una neurotoxina que bloquea la función muscular, generando en las aves parálisis flácida de alas y patas, dificultades respiratorias, diarrea y finalmente la muerte si no son tratadas.

Las gaviotas afectadas no pueden alimentarse ni huir de los depredadores, lo que las convierte en presas fáciles y reduce su esperanza de vida de forma drástica. El centro de recuperación de fauna RIAS, en Ria Formosa, recibe cada año centenas de aves con este síndrome y ha logrado recuperar a más de la mitad, aunque hasta ahora se desconocía la causa del problema.

«La detección temprana de brotes de botulismo y la adopción de medidas rápidas, como la retirada de cadáveres o el control de la calidad del agua, son fundamentales para prevenir episodios de mortalidad masiva y proteger la biodiversidad», advierte María Victoria Mena, directora clínica del RIAS.

Una amenaza también para otras especies

Aunque el botulismo es la causa principal del síndrome, el estudio detectó además otras toxinas ambientales en algunas muestras, como las paralizantes de marisco y microcistinas. Estas sustancias, producidas por microalgas, no parecen ser letales por sí solas, pero podrían agravar el estado de salud de las aves y hacerlas más vulnerables al botulismo.

El equipo también encontró dos casos de gripe aviar en gaviotas aparentemente sanas, lo que sugiere que estas aves pueden ser portadoras de múltiples amenazas sin mostrar síntomas visibles. Por eso, los expertos subrayan la importancia de vigilar la salud de las aves silvestres como indicadores de problemas ambientales más amplios.

Una investigación clave para la conservación

Este hallazgo es fruto de la colaboración entre centros de investigación en España, Reino Unido, Francia, Kazajistán y Portugal, uniendo disciplinas como la microbiología, la toxicología y la ecología marina.

«Este estudio es un claro ejemplo del valor de la investigación multidisciplinar y de la colaboración entre instituciones científicas y centros de recuperación, que permite identificar y abordar problemas ambientales complejos usando a las aves como especies centinela», concluye Lucía Soliño, investigadora del IEO y primera autora de una de las publicaciones.

Puedes consultar las publicaciones científicas de este trabajo de investigación en:

Sobre el autor