Nel Cañedo, conocido pastor y ganadero asturiano, ha hablado sin pelos en la lengua en un nuevo vídeo que ha difundido Proyecto Aristeo, una organización sin ánimo de lucro que nace a partir de la alianza de un grupo de cazadores comprometidos y enfocados en promover y revalorizar la actividad cinegética, así como el Medio Natural y la conservación de éste.

Cañedo denuncia la realidad que esconde la Ley de Bienestar Animal, haciendo un repaso por las prohibiciones que llevará consigo en cuanto al mundo de la ganadería se refiere. «Con esta nueva Ley de Bienestar Animal que quiere aprobar el Gobierno, dos cachorros mastines que tengo para arrimar a las ovejas ahora mismo están en el limbo; yo no voy a poder meterlos todavía y nunca van a poder ser legalizados porque no provienen de un criador legalizado, porque me los dio un vecino», señala Cañedo.

«Yo sé que vienen de buenos perros, de perros que trabajan y funcionan, pero nunca van a poder ser legalizados. Y si esos perros salen buenos y funcionan, pero no podré criar porque tengo que estar inscrito en los Registros de Criadores y meterme en los chiringuitos del Gobierno. Y esos perros se meterán en un limbo legal porque no existe la figura del perro de trabajo, y es más, yo sé que García Torres, se reunió una persona con él, y el tipo dijo que ni por asomo se les ocurriría incluir la categoría de perros de trabajo en esa ley», denuncia el pastor asturiano.

Y ahonda sobre la realidad de los perros mastines: «Duermen a la intemperie; al igual que las ovejas y las cabras, se mojan cuando llueve. Y a mí no me sirven esos perros dentro de las cuadras, y es más, no quieren estar dentro y si los metes, las puertas por la mañana están patas arriba porque las han reventado para salir».

«Perros como el que tengo, nacen uno de cada cien»

«¿Por qué quieren acabar con esa forma de ayudarnos entre los pastores regalándonos perros que sabemos que nos van a valer?», se pregunta Cañedo. «Perros como el que tengo, nacen uno de cada cien, pero lo debería castrar, porque no tengo el título de criador. Y es una eminencia. Es capaz, él solo, de bajar de una peña un rebaño de cabras hasta una cueva. Y yo bajo por el otro lado con las ovejas. Y si a mí ahora me obligan a castrarlo, yo tendré que contratar una persona para bajar a las cabras, ¿qué derecho les dan a quitar la potestad de nuestros animales de trabajo? Porque son parte de nuestra familia. Si me falta este perro, tengo que vender las cabras», expone Cañedo.

«Nos meten donde ellos quieren, nos dicen lo que tenemos que comer, nos dicen lo que tenemos que creer, nos dicen dónde tenemos que trabajar, y todos felices… pues a mí no me da la gana», denuncia por último el pastor asturiano. «Espero que todo el mundo que esté viendo el vídeo se dé cuenta de lo que es un Gobierno que te dice cómo pensar», finaliza.

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