En los últimos días, la Policía Nacional ha recordado un hecho que para muchas personas es desconocido pero con el que puede caerse en una grave infracción: destruir un nido de golondrinas, algo que puede llevar aparejada una multa de hasta 200.000 euros.

A través de un mensaje en Twitter, la Policía Nacional ha recordado los beneficios de esta especie protegida para la naturaleza, además de la vulnerabilidad que sufre ante el desconocimiento de parte de la población de la necesidad de proteger sus refugios en pueblos y ciudades.

Recordamos que, en el caso de golondrinas o vencejos, la destrucción de nidos está penada según el Real Decreto 139/2011 con fecha de 4 de febrero. Por su parte, la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, también prohíbe expresamente eliminar o quitar los nidos de las aves protegidas. En concreto, el texto señala lo siguiente:

‘Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos, así como la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos o de sus restos, incluyendo el comercio exterior’.

Por tanto, ninguna persona puede destruir los nidos de estas aves, salvo que tenga un permiso especial de la Administración, algo que ha recordado también en otras ocasiones la Guardia Civil.

Un nido de golondrina, un elemento construido por 2.500 pedazos de barro

Hay que recordar que los nidos de golondrinas están construidos a base de unos 2.500 pedazos de barro que estas aves consiguen de la zona, de ahí que tarden unas dos semanas en terminarlo. Si lo rompes, al deshacer su habitáculo, se atrasará su reproducción y la puesta de huevos y, como consecuencia, se dificultará que sus crías nazcan en el tiempo que lo deben hacer (que es cuando más alimento existe en el medio).

Por ello es tan importante respetar sus nidos, que fundamentalmente encontramos en el interior de pueblos y ciudades.