Por primera vez después de muchos años, según ha confirmado la dirección provincial de Tráfico de Burgos, la cifra de accidentes con animales salvajes se ha reducido en comparación con el anterior año. Entre las causas aludidas se encuentra la conocida como enfermedad de la mosca del corzo (Cephenemyia stimulator).

Raúl Galán, jefe provincial, ha indicado en declaraciones que recoge Burgos Conecta que esto puede deberse a varios motivos. Sin embargo, señaló directamente a esa afección como una de las principales causas que estaba provocando la disminución de la población de esta especie.

Una corza con sus crías.
Una corza con sus crías. © Shutterstock

Un veterinario del Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Burgos, Álvaro Soto, ha confirmado al citado medio que la mayoría de los corzos que ingresan lo hacen afectados por el parásito, aunque no lo hacen directamente por las limitaciones que les pueda generar, sino que «el 98%» llegan por atropellos.

El gusano del corzo

La afección de la que hablamos es la cenemiosis. A día de hoy, en Burgos ya afecta a tres de cada cuatro corzos. De este modo lo asegura un estudio de Néstor Martínez Calabuig llevado a cabo para el departamento de patología animal de la Universidad de Santiago de Compostela.

La enfermedad de la mosca o gusano del corzo ya está bastante extendida por toda la provincia y así lo ha asegurado dicha investigación. Si bien no afecta a los humanos, la preocupación respecto a ella va en aumento puesto que puede reducir en gran medida la población de estos animales.

Un corzo con un llamativo perlado entre la maleza. © Shutterstock

La moscarda o mosca del corzo, es un insecto díptero del grupo de los tábanos que necesita de otro ser vivo para poder completar su ciclo vital. En concreto, cuando las larvas están maduras, buscan un huésped en el que depositarlas, en este caso, los corzos.


Llamamiento a los cazadores para continuar estudiando las enfermedades del corzo


Estas se mantienen inactivas hasta que pueden migrar al interior del aparato respiratorio. En ese momento se alimentan de las mucosas y de los fluidos del animal. Cuando maduran, entre febrero y marzo, se trasladan hacia las fosas nasales para salir al exterior. Finalmente, la larva se convierte en mosca.

Normalmente, un corzo es huésped de entre 30 y 40 larvas, si bien pueden albergar hasta 80, lo que les puede ocasionar problemas respiratorios y debilitarlos, convirtiéndolos en presa fácil para sus depredadores.