La historia de la caza en el Parque Nacional de Monfragüe continúa con un nuevo episodio. Así se refleja en el Programa de acción selectiva de control de ungulados 2024-2025, publicado en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) el pasado lunes, 18 de noviembre.

A principios de año, en este medio nos hacíamos eco de otra actualización en este contexto. Entonces, habían pasado unos meses desde que la Junta de Extremadura había dado los primeros pasos para devolver la caza a Monfragüe.

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Un jabalí en Monfragüe. © Shutterstock

De este modo, su presidenta, María Guardiola, había anunciado que sería a partir del mes de octubre cuando la cinegética se podría volver a practicar en dicho territorio. Asimismo, informó que su objetivo era sustituir los sistemas de control poblacional «que no tienen respeto por los animales» por batidas de caza sin perros realizadas por las sociedades de cazadores locales de los municipios pertenecientes a Monfragüe.

Guardiola justificó esta medida asegurando que la creación de cercones de la muerte y la instalación de jaulas trampa habían demostrado «no ser efectivos». A esto hay que sumar que ese servicio, además, cuesta dinero público, frente al aporte de riqueza a la zona e impuestos a las arcas públicas que genera la caza.

El fracaso de las jaulas trampa en Monfragüe

Respecto a esos sistemas que se aplicaron para tratar de suplir la cinegética, cabe recordar que en la primera campaña de su vigencia, la de 2021/2022, el objetivo fijado era de 561 ciervos y de 500 jabalíes. Sin embargo, finalmente abatieron 223 y 297 respectivamente, correspondiendo esto a un cumplimiento del 40% y del 59%.

La temporada siguiente no iba a ser muy diferente. La cifra se planteó en 418 ciervos y 564 jabalíes, pero el balance final fue de 261 y 524 respectivamente, siendo esto un 62% y un 93% de lo que se quería conseguir. Asimismo, ese porcentaje de éxito bajó la campaña pasada hasta el 14% en los ciervos y el 19% en los jabalíes.

Un ciervo come hojas de una encina en el Parque Nacional de Monfragüe. © Shutterstock
Un ciervo come hojas de una encina en el Parque Nacional de Monfragüe. © Shutterstock

Llamativos han sido también los vídeos de los que hemos informado en Jara y Sedal. Un ejemplo de ello fue el grabado por un cazador en este mismo parque nacional que mostraba cómo un ciervo agonizaba en una jaula trampa. Las imágenes mostraban al animal, a punto de morir de inanición, dentro de una jaula en la que apenas cabía.

Ante escenas como esta, el sector cinegético comenzó a denunciar cómo el Gobierno de Extremadura había decidido prohibir la caza en estos parajes naturales para sustituir el control poblacional que ejercía con medidas tan crueles como poco selectivas.

Vuelve la caza con perros

En el Programa de acción selectiva del pasado año podíamos leer cómo se habilitaba «el método de batidas de control sin perros en terrenos de propiedad pública» del Parque Nacional. Por el contrario, en el actual ha desaparecido ese párrafo. Ni siquiera puede leerse en todo el texto la palabra ‘perro’.

De la misma manera, el nuevo documento de la Junta también ha eliminado el sistema de jaulas, cercones y eutanasia con bala cautiva. Sobre este asunto, establece que dentro de los métodos de control «letales», se aplicarán a los ejemplares a extraer «los establecidos en el Plan de Acción, esto es recechos y aguardos de control, batidas de control acordes a la legislación vigente…».


Extremadura se plantea autorizar de nuevo la caza con perros en Monfragüe


Esa última referencia a la «legislación vigente» nos hace volver a la caza con perros. Eso sí, lo reflejado por el texto no significa que vaya a haber canes en las batidas de control de ciervos y jabalíes que restan en esta temporada, sino que tan solo abre la puerta a su utilización.

Para que esto empiece a ser una realidad en Monfragüe, primero debe entrar en vigor el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), que sienta las bases de lo que se puede y no hacer en este territorio. A pesar de ello, el sector de la caza sí puede celebrar haber dado un importante paso para recuperar la caza con perros en el Parque Nacional.

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