El Parque Nacional de Monfragüe ya tiene un nuevo plan de control de ciervos y jabalíes adaptado a los requerimientos de la Ley de Parques Nacionales y las recomendaciones del Defensor del Pueblo. Tras prohibirse la caza en estos espacios el pasado mes de diciembre, ahora los ungulados serán atraídos con comida a cercones donde serán abatidos. La decisión no ha estado exenta de polémica.

Así es el nuevo plan de acción

Según ha informado El Periódico Extremadura, el plan de acción que establece las herramientas para mantener las poblaciones de ciervos y jabalíes en cifras sostenibles para el equilibrio medioambiental y el control de enfermedades acaba de aprobarse y contempla que se llevará a cabo mediante la extracción de ejemplares. El modus operandi, según el mismo medio, se basará de forma prioritaria en la instalación de cercones en los que se atraerá a los animales con comida para abatirlos allí.

Si bien de forma secundaria se recurrirá al control mediante la caza en rececho y aguardo, pero siempre con personal especializado y solo si se considera necesario en un informe previo, las monterías y batidas quedarán prácticamente descartadas ya que el plan considera que es el modelo que genera mayor impacto medioambiental y se prohíbe su uso. 

Un método «muy limitado y poco efectivo»

«Han desoído por completo a los cazadores, parte de los ayuntamientos y los propietarios de los terrenos. Lo que se plantea no funciona», señala José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza. 

«El modelo que se propone es muy limitado, porque los animales pueden entrar en los cercones si se les ofrece comida en tiempos de escasez. Pero mientras haya comida en el parque, no es un método efectivo», defiende Sebastián Hidalgo de Trucios, Biólogo de la UEx y miembro del Patronato de Monfragüe. A juicio del experto, si el modelo que se plantea como prioritario incluye la muerte del animal ¿por qué no dejar que se beneficien los pueblos de la zona de ese recurso?», cuestiona y añade: «Si Monfragüe existe es porque se ha realizado tradicionalmente una gestión de su agrosistema que incluía la caza».

María Teresa González, portavoz de la asociación de propietarios, advierte que es una decisión tomada desde un despacho, pero «sin pensar en la situación en la que nos dejan a las fincas del parque. No nos dan ninguna opción para hacer gestión en los próximos cinco años». González ha anunciado que el colectivo al que representa elaborará un recurso.

Un informe científico demostraba que la sociedad apoya la caza en Parques Nacionales

Un estudio publicado en la revista científica Conservation Biology en mayo de 2020 y que el mes pasado varios medios de comunicación generalistas compartieron, puso de manifiesto el apoyo de la sociedad a la necesidad de controlar los daños derivados de la sobreabundancia de ungulados silvestres, como ciervos y jabalíes, en los parques nacionales.

Mediante encuestas (190) se determinó que hay una percepción general positiva de la sociedad de cara a implementar programas para gestionar la sobreabundancia de los ungulados silvestres en los parques nacionales, aunque hay discrepancia sobre cómo hacerlo.

Las posibles consecuencias de dejar de cazar

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Nadie tiene una bola de cristal para saber lo que va a suceder, pero podemos imaginar las consecuencias que esta prohibición provocará. En primer lugar hay algo que sí sucederá, aunque no sabemos cuándo: los propietarios de cotos que ya no podrán cazar recibirán una compensación que saldrá, como siempre, de las arcas públicas, que bien debieran destinarse a otras cosas. A partir de aquí se abre una serie de hipótesis que el tiempo se encargará de confirmar.