Alejandro Paz es un joven soldado gallego apasionado a la caza y la pesca que desde marzo permanece en el frente de batalla en su tierra natal conteniendo el avance del enemigo. No sólo es un héroe. También es uno de los nuestros. Así es su día a día.
Por Javier Fernández-Caballero / Redacción JyS
El soldado Alejandro Paz Castro (24 años, Lugo) tiene una misión: frenar el avance del enemigo. Aunque en ello le vaya la vida. Es militar de vocación. Es uno de los héroes que estos días luchan contra el coronavirus. Y también es uno de los nuestros.
La caza del zorro en batida es una de sus pasiones. La practica en el tecor lucense Terra Chá –el terreno cinegético más amplio de Galicia y que se extiende por los ayuntamientos de Cospeito, Castro de Rei y Pastoriza– del que es socio. Y es aficionado a la pesca de la trucha, cuya temporada también se ha visto cancelada, de momento, por la crisis del coronavirus. Pero hoy, en plena crisis santiaria por el coronavirus, la caza y la pesca apenas parecen un recuerdo lejano de otros tiempos.
El día a día de un héroe en la lucha contra el COVID-19
Desde marzo, día tras día, se enfunda un uniforme muy distinto al que acostumbra a vestir en el Regimiento Isabel la Católica de Pontevedra, en el que está destinado desde hace dos años. No es del típico color caqui militar, pero le mantiene a salvo de la posible infección. Con él desinfecta calles y residencias de su Galicia natal que han estado expuestas a personas contagiadas por el coronavirus.
El frente de guerra de Alejandro está en zonas rurales de la provincia de Pontevedra. «Allí están mejor preparadas para la supervivencia que en las ciudades», nos cuenta este soldado, «ya que gracias a la agricultura y la ganadería pueden autoabastecerse. Podrán afrontar lo que esté por venir en esta crisis del coronavirus».
Así su el día a día en la lucha contra el Covid-19
La batalla diaria contra el coronavirus exige madrugar: «Muy de mañana preparamos todo el equipo de protección que utilizamos para las labores de desinfección y después a cada compañía nos asignan una orden y un destino. En ocasiones también me han encomendado controlar el tráfico en la frontera de Portugal, por ejemplo», explica Alejandro.
Nuestro soldado guarda entre su equipo algunas experiencias que del día a día le están dejando: «El cariño de la gente es máximo. Muchas personas te hacen el café por las mañanas porque saben que vienes a ayudarles, aunque en realidad la ayuda principal la están haciendo ellos no saliendo de sus casas ni de sus pueblos pequeños», asegura Alejandro.
El mensaje de un héroe: «Venceremos al coronavirus»
En estos días Alejandro ha sido testigo en primera persona de los estragos que causa el coronavirus. «En mi carrera como militar he visto la desolación en el rostro de muchas personas en otros países donde hay conflictos bélicos, pero nunca había imaginado vivir esta situación en mi país. Rezo y lucho cada día por que no caiga más gente. Creo que si los ciudadanos colaboran y las fuerzas de seguridad seguimos realizando nuestra labor, venceremos».
De cazar ‘vakamulos’ a muro de contención contra el coronavirus: el día a día de este cazador y enfermero de urgencias
Senén Ramos es un conocido de esta web. Hace casi un año le entrevistamos como jefe de la cuadrilla Monteiros Ribeira Sacra, célebre por abatir unos descomunales jabalíes conocidos como ‘vakamulos’ en la provincia de Orense. Pero esta vez no hablamos con el Senén cazador. El teléfono lo descuelga uno de los enfermeros de urgencias del Hospital de Orense donde cada día mira cara a cara a otra bestia: el coronavirus. Te lo contamos.
Otra cazadora con bata que lucha contra el coronavirus: «Pensar en la caza me hace seguir adelante»
Almudena González Caballero (44 años) vive en la localidad madrileña de Navalcarnero y cada día se enfunda su bata blanca, sus guantes y mascarilla, uno de los uniformes oficiales que visten los superhéroes que luchan contra la pandemia del coronavirus. A veces le cuesta encontrar las fuerzas necesarias para levantar los cierres de su farmacia en Móstoles. Pero las encuentra viajando con su mente a un futuro cercano. A un mundo sin miedo ni equipos de protección. Un mundo en el que, de nuevo, puede volver a salir al campo a recechar corzos o cazar con su perra. Te lo contamos.