Lo primero que debemos saber es que el ciclo reproductivo de las perras se divide en cuatro etapas: anoestro, periodo de reposo sexual; proestro; estro y metaestro. Es en esta última cuando la hembra rechaza el coito después de superar las dos fases anteriores, que son las que se conocen como celo: el periodo durante el cual se muestra receptiva con los machos.

La primera fase del celo es el proestro. Tiene una duración variable, con una media de unos nueve días, y se caracteriza por la tumefacción de la vulva con sangrado, que puede ser variable en cuanto a cantidad, y la emisión frecuente de orina con el objetivo de diseminar las feromonas u olores que atraerán a los machos.

La perra, en esta fase, ‘avisa’ a todos los machos de la zona de que en unos días se mostrará receptiva. Pese a que busca la presencia de éstos no acepta la cubrición y, aunque se ‘insinúe’, se revolverá y morderá a todo aquel que intente montarla.

El celo propiamente dicho es el estro. Tiene una duración que también es variable, entre cuatro y siete días, y durante este tiempo la perra ‘mancha’ menos, con fluidos de color rosado. Nuestro animal acepta la monta de un macho, se produce la ovulación, por lo que es un periodo de suma importancia para la reproducción. Por lo tanto, habrá que que tener cuidado, ya que las perras, incluso las más obedientes, tienden a escaparse en busca de los machos.

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Un cazador junto a su perra durante una jornada de caza. © Ángel Vidal

Así puedes saber cuál es el mejor momento para que una perra se quede preñada

Tal y como hemos explicado, el celo dura en total entre tres y cuatro semanas. Lo cierto es que sus síntomas no son evidentes en todas las perras, por lo que en muchas ocasiones es necesario utilizar métodos especiales para determinar el momento idóneo de la cubrición. Tiene que coincidir con el momento de la ovulación para que la monta tenga las máximas posibilidades de éxito. En concreto, hay tres métodos útiles para detectarlo y ahora los conocemos.

El método tradicional

En este se observan las indicaciones de conducta, dilatación vulvar y sangrado de la perra. En el momento en el que está receptiva, al descubrir las intenciones de monta del macho se quedará inmóvil levantando la vulva, que alcanza así su máxima dilatación, y apartará el rabo de una forma muy característica.

A lo largo de muchos siglos ha sido el único método de que se disponía para determinar el momento del acoplamiento; una persona con experiencia puede acertar con mucha precisión.

Una citología vaginal

Se trata de un método sencillo y muy eficiente por el cual el veterinario puede determinar no sólo la ovulación, sino el momento del ciclo en que se encuentra el animal. En este caso, se analizan las células de la mucosa vaginal a través del microscopio. Pueden modificarse a medida que avanza el celo y así se obtiene una valiosa información tanto del ciclo como de posibles enfermedades que puedan repercutir en la monta, como infecciones o tumores.

Al combinar los métodos de observación de conducta y síntomas externos, ‘método tradicional’, con la citología vaginal las garantías de hacer coincidir el acoplamiento con la ovulación son casi del 100%.


Así puedes evitar que tu perra de caza se quede preñada por accidente


Una veterinaria realiza una ecografía a una perra
Una veterinaria realiza una ecografía a una perra. © Shutterstock

La medición de niveles de hormonas en sangre

Hablamos del método más exacto de todos. Se trata de medir los niveles en sangre de la hormona de la progesterona, que aumenta en el momento de la ovulación. De este modo, el test se determina con total exactitud el momento de la ovulación en aproximadamente 40 minutos.

Los tres métodos expuestos resultan ser muy útiles y los podemos emplear por separado o combinándolos. Una ayuda muy eficaz será la de tu veterinario, quien te orientará acerca de cuál es el más indicado en cada caso.

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