Javier Iñurrieta, colaborador habitual de Jara y Sedal, es un técnico forestal y fotógrafo que comparte con asiduidad en su cuenta de Instagram publicaciones relacionadas con el mundo del corzo (Capreolus capreolus). Sus fotos y vídeos son de una enorme calidad y en ellos muestra multitud de aspectos sobre la etología de esta especie. Una de sus últimas publicaciones tiene que ver con la época de alumbramiento de las hembras, en la que Iñurrieta ha logrado grabar el mágico momento en el que una corza regresa para cuidar de su corcino recién nacido.
En su perfil, que cuenta con más de 14.000 fieles seguidores, Iñurrieta ha compartido la grabación en la que se ve, tal y como hemos recordado en varias ocasiones en Jara y Sedal, cómo la hembra que había dejado a la cría tumbada en la siembra, regresa al lugar para amamantarla.
Es importante recordar que, si bien las personas que no estén habituadas a presenciar este tipo de escenas puedan pensar que la cría está abandonada, nada más lejos de la realidad. La madre volverá pronto a cuidarla, por eso no debemos tocarlas.
Dos crías separadas unos cien metros
Según explica Iñurrieta, tras el parto, las primeras 24/48 horas «son cruciales» para la vida del corzo. «La movilidad de las crías es muy reducida, por lo que la estrategia de la corza es tener a las crías en un área capaz de controlar y donde pueda alimentarse con un desplazamiento mínimo», explica el experto. «Para ello, en nuestras zonas es común que muchos partos se produzcan en grandes áreas abiertas con la suficiente vegetación para ocultar a las crías, siendo frecuente la elección de cultivos de cereal o forraje», añade.
En este fragmento de vídeo se muestra cómo la corza amamanta y acicala a una de sus crías. En posteriores publicaciones, Javier adelanta que mostrará cómo, finalizada esta tarea, se aleja a alimentarse, descansar y vigilar regresando aproximadamente a la hora para amamantar a la otra cría. La situación entre ambas era de cien metros aproximadamente.
Ver esta publicación en Instagram