Una pareja de ancianos nombró a Luis Miguel Domínguez albacea de su herencia con el objetivo de que creara una fundación de ayuda a los animales. Él acabó transfiriendo parte del dinero a dos de sus empresas particulares sin permiso, según el juzgado de primera instancia número 11 de Madrid, por lo que ahora le obliga a devolver el dinero.
4/6/2018 | Redacción JyS

Luis Miguel Domínguez, presidente de Lobo Marley. / Facebook
Luis Miguel Domínguez, presidente de Lobo Marley. / Youtube

El naturalista Álex Lachhein dio a conocer ayer en el programa radiofónico Caza, Pesca y Naturaleza, que se emite en Gestiona Radio, un nuevo escándalo judicial que afecta a Luis Miguel Domínguez, más conocido como Lobo Marley, y que hasta ahora no había salido a la luz pública. Se trata de una historia que comienza en Valencia, con dos ancianos hermanos -María Luisa y Mariano-, sin descendencia y dotados de cierto patrimonio, cuya intención era donar a su muerte todos los bienes a una causa altruista. Concretamente a la ayuda de perros y gatos.
Para ello, según el testimonio de Lachhein, indican en sus últimas voluntades la intención de crear una fundación nombrando a tres albaceas, quienes se encargarían de hacer cumplir su voluntad una vez fallecieran. «Uno de ellos era un familiar, otro un comunicador meadioambiental –Luis Miguel Domínguez– al que habían escuchado una vez en un programa de radio y el tercero nuestra testigo –Carmen Gómez–», relata en su intervención de Gestiona Radio, antes de dar paso a la albacea que ha sacado el caso a la luz pública. 

La testigo relata su versión de los hechos

«Sí. Efectivamente yo viví en primera persona esta historia», corrobora Carmen Gómez. E inicia el relato cargando contra el actual presidente de Lobo Marley. «Me refiero a Luis Miguel Domínguez Mencía. Este hombre no tuvo reparo alguno en hacerse con el dinero de la herencia en la que había sido nombrado albacea. La cantidad de 59.740 euros». 
Según el relato de de Carmen, al fallecer los dos hermanos, amigos suyos, Domínguez habría viajado a Valencia y le habría propuesto que todo el trámite de constitución de la fundación se hiciera en el despacho de sus abogados en Madrid, a lo cual ella habría accedido. 
Carmen recuerda en Gestiona Radio que, al ser albaceas y no herederos, no podían disponer del dinero, pero Luis Miguel le habría recordado que el trámite llevaría un coste asociado que no deberían asumir y, para subsanarlo, habrían acordado hacer efectivos esos gastos a través de transferencias bancarias que presentase el despacho de abogados.  
«El 28 de febrero de 2008 se carga una factura de 11.020 euros en la cuenta de la futura fundación, aún no constituida, girada por el abogado y ordenada por el señor Domínguez», cuenta Carmen. Y añade: «Yo le llamo y dice que es una urgencia porque le cortaban la luz en el refugio y se morían las iguanas y demás reptiles». Refiriéndose a un centro de recuperación que tenía en Madrid. 
Al temer que sucedieran situaciones similares, la entrevistada solicita que la fundación se constituya contando con su marido. A lo cual accede Domínguez y así sucede en abril de 2008, cuando Fundación Malumar para la Protección de Animales Abandonados ya es una realidad. 
Tras ello, Carmen cuenta que «el 3 de junio, me llaman del banco y me dicen que han vuelto a cargar más facturas. Una de 17.400 euros (…) y otra de 31.230 a empresas de las que es socio y administrador único Luis Miguel Domínguez Mencía». Por otro lado «el despacho de abogados, que un en principio a mí me dijeron que no iban a cobrar casi nada (…) gira unos honorarios, una minuta, por importe 29.427 euros. Por presentar cuatro papeles, porque el resto de documentación la presenté yo aquí en Valencia». «Ahí comienzan nuestras desavenencias», afirma Carmen. «Yo le llamo y me dice que por favor no dude de él», añade. 

Luis Miguel Domínguez, condenado a devolver el dinero

El 4 de julio, y tras haber acordado una cita a la vuelta de un viaje de Domínguez a Estados Unidos, Carmen sale a esperarlo a la estación de Valencia, según ella misma relata. «Nos sentamos en una cafetería y entonces lo primero que yo le suelto es lo del dinero. Bueno, la bronca que a mí me armó. Pegando puñetazos en la mesa, diciendo que lo mirara bien que era la última vez que yo lo veía, que yo qué me había creído…».  
Carmen denuncia más irregularidades en la gestión y asegura que, tras tener nuevos encontronazos, deciden emprender acciones judiciales que no tardan en dar sus frutos. Según la sentencia a la que ha tenido acceso Jara y Sedal, el juzgado en primera instancia número 11 de Madrid -admitiendo a trámite la demanda de la Fundación sobre el pago de tres facturas que ascienden a 59.740 euros realizado a dos sociedades cuyo socio y único administrador era Luis Miguel Domínguez- le obliga a devolver ese dinero y a pagar las costas del juicio. Domínguez recurre y su recurso es desestimado. Algo que, según reconoce Carmen en Gestiona Radio no devuelve el dinero de los ancianos a su fundación: «A día de hoy no ha pagado nada ni tiene nada a su nombre. Es insolvente total». 
A continuación puedes reproducir el vídeo publicado por el propio Lachhein en su perfil de Facebook, donde se reproducen al completo las declaraciones de la albacea: