Hoy se ha aprobado la nueva Ley de Bienestar Animal de la Comunidad Valenciana. Hablamos con Lorena Martínez, presidenta de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, para que nos explique en qué consiste y cómo va a afectar al colectivo.

PREGUNTA: Hola Lorena. Llegaste a la presidencia de la Federación Valenciana hace unos meses y una de las primeras cosas que te encuentras sobre la mesa es la tramitación de una Ley de Bienestar Animal ya en marcha. ¿En qué punto se encontraba cuando tomaste las riendas de la federación.

RESPUESTA: En el momento en el que accedí a la presidencia el proyecto de Ley de Bienestar Animal se encontraba ya en su fase de enmiendas, uno de los últimos pasos en la tramitación legislativa y en el que cualquier modificación quedaba sujeta exclusivamente a las propuestas de los grupos políticos de las Cortes. Desde ese momento, nuestro trabajo se ha centrado en reunirnos con todos los partidos para que sus enmiendas respetasen la actividad cinegética y los perros de caza.

P. ¿Cómo era aquel proyecto de ley que te encontraste?

R. El borrador inicial era un texto incompatible con la caza. La definición de maltrato se postuló en el articulado original de tal modo que cualquier accidente sufrido por los perros en la acción cinegética era susceptible de ser considerado una infracción de la Ley y acarrear las consecuencias sancionadoras. Circunstancias claramente indeseadas y ajenas a la voluntad del cazador, como que un podenco que se lesionase la pata en una carrera, o que un pointer sufriese un golpe de calor cazando a la codorniz, podían considerarse y penarse como maltrato.

Nuestro principal objetivo es el de un estatuto propio para los perros de caza y lo he repetido hasta la saciedad desde que accedí a la presidencia. Pero el proyecto de ley inicial con el que nos encontramos ya incluía a los perros de caza dentro de la norma (de igual manera que lo incluye la ley de 1994 que actualmente regula a nuestros perros) con la excepcionalidad de los animales con funciones sociales (en los que se encuentran los perros de caza) y que ahora se llaman animales que realizan funciones o tareas específicas. Nuestro principal objetivo desde que tomamos las riendas de la federación fue que esa excepcionalidad no se viera afectada ya que, de lo contario, hubiera supuesto el fin de la caza con perros en nuestra Comunidad.

P. ¿Qué habéis logrado cambiar?

R. Concretamente, el punto clave que amenazaba la actividad cinegética, era la definición de maltrato. A pesar de constituir el concepto esencial y fundamental, en torno al cual se desarrolla toda la ley, las aportaciones técnico-jurídicas de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana consiguieron la excepcionalidad de los perros de caza en el desarrollo de la actividad cinegética.

De facto, conseguimos recoger en el texto lo que para nosotros era una obviedad y de una lógica aplastante, que es la singularidad que constituyen los animales que desarrollan las denominadas funciones sociales (perros lazarillo, perros pastores, perros policía, etc.), entre los que se incluyó a los perros de caza.

La amenaza en la nueva ley residía en la inclusión de aspectos estrictamente ideológicos, sin atención a criterios técnicos o etológicos.

P. Aún así, la Ley de Bienestar Animal de la Comunidad Valenciana no va a excluir a los perros de caza como hace la nacional. ¿Por qué?

R. Los perros de caza no pueden quedar fuera del marco legal. De hecho, la ley nacional ha podido permitirse su exclusión a sabiendas de contar con la red de seguridad que supone la normativa sectorial europea y autonómica, a las cuales remite en su articulado. Ha sido en sentido literal, un traslado de competencias.

A pesar del foco mediático, la consideración e inclusión de los perros de caza en las leyes de protección de los animales de compañía no es la excepción, sino la regla. De hecho,  la normativa vigente en la Comunidad Valenciana, que es la  Ley 4/1994, de 8 de julio, de la Generalidad Valenciana, sobre Protección de los Animales de Compañía, ya los incluye, y la actividad cinegética no se ha visto mermada hasta la fecha. Por ello los perros de caza se vacunan de manera regular, por ello están obligados a llevar chip, y por ello gozan de la misma protección frente al abandono o el maltrato que el resto de los perros.

La amenaza en la nueva ley residía en la inclusión de aspectos estrictamente ideológicos, sin atención a criterios técnicos o etológicos, que la convertían directamente en una norma incumplible para los perros de caza. Se diseñó un borrador destinado a proteger a caniches o chihuahuas que pasan la mayor parte del tiempo encerrados en un piso, y salen a la calle dos veces al día a hacer sus necesidades, y trató de aplicarse a perros que, como los pastores o los de caza, pueden ofrecer jornadas de 12 horas diarias dedicadas a su actividad.

P. Si la ley nacional excluye a los perros de caza ¿no entraría vuestra ley en conflicto con ella? ¿No debería modificarse en un futuro para adaptarse a la nacional?

R. Nuestros informes técnico-jurídicos preliminares auguran que sí, entrará en conflicto, y que será inevitable su modificación. Si primaran los criterios jurídicos, la ley no habría llegado a pleno. Es obvio que una norma de tal cariz requiere de un análisis en profundidad de su vertebración con la norma estatal, para determinar su concurrencia y alcance.

A nuestro juicio, su aprobación supondrá muy probablemente una declaración de inconstitucionalidad, con los consabidos e indeseables efectos jurídicos: anulación de sanciones, retroactividades, ineficiencia de inversiones, problemas competenciales…

La precipitación en su aprobación responde a un criterio estrictamente político y por ende ideológico. Atiende a un calendario electoral y vulnera cualquier principio de prudencia.

Con la redacción definitiva de la Ley, el cazador seguirá cazando con normalidad. Sólo el uso de los collares de adiestramiento, cuyas condiciones de aplicación se remite a un posterior desarrollo reglamentario, supondrá una incidencia directa sobre la práctica cinegética.

P. A efectos prácticos ¿Qué va a cambiar en la práctica de la caza tras su aprobación?

R. Con la redacción definitiva de la Ley, el cazador seguirá cazando con normalidad. Sólo el uso de los collares de adiestramiento, cuyas condiciones de aplicación se remite a un posterior desarrollo reglamentario, supondrá una incidencia directa sobre la práctica cinegética.

Sí existe un endurecimiento en las condiciones de tenencia. Así, será necesario adoptar medidas para evitar camadas indeseadas, y se prohíbe de manera expresa el acto de mantener animales permanentemente atados. No obstante, son medidas que ya cumplen los cazadores valencianos, que son los primeros interesados en el bienestar de sus perros.

P. ¿Hay algún cambio que la Federación haya pedido a los grupos parlamentarios que haya caído en saco roto?

R. Desde la Federación de Caza insistimos en la necesidad de desarrollar un estatuto específico para los perros de caza, que atienda las necesidades de dichos animales y las de sus propietarios. Fue nuestra posición de partida y continúa siendo, a nuestro entender, la solución más satisfactoria para todas las partes implicadas.

P. ¿Habéis pensado en tomar alguna acción más contundente, como manifestaros?

R. Por supuesto que sí, ya lo hicimos en mayo de 2018, en marzo de 2022 y lo volveremos a hacer para defender a nuestro sector de los continuos ataques que recibimos. Los cazadores valencianos estamos llegando al límite y necesitamos políticas cercanas a la caza y alejadas de ideologías impositivas que buscan el beneficio propio en lugar del que reclama la sociedad.

Ya hemos puesto sobre la mesa la posibilidad de dejar de cazar temporalmente especies como el jabalí. Solo de esa manera se darán cuenta de la insustituible función social que realizan los cazadores y actuarán en consecuencia para evitar un problema a la sociedad que gobiernan.

La derogación de esta ley, cuanto menos en los aspectos que no atendieron a las necesidades del colectivo, será nuestra primera demanda.

P. Se trata de una de las últimas leyes que se aprobarán durante esta legislatura. Dado que estamos a punto de entrar en periodo electoral. ¿Pediréis a los partidos políticos hacer cambios en caso de que sea aprobada en los términos actuales?

R. Sí, a las puertas de las elecciones autonómicas, en breve iniciaremos una campaña de información y divulgación sobre las propuestas de los partidos políticos por y para la caza. La derogación de esta ley, cuanto menos en los aspectos que no atendieron a las necesidades del colectivo, será nuestra primera demanda.

P. Ya, para terminar, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a los cazadores de la Comunidad Valenciana?

R. Que no vamos a descansar hasta devolver al cazador el lugar que se merece. Estamos y seguiremos trabajando con todos nuestros recursos para que la caza en la Comunidad Valenciana se reconozca como una verdadera función a la sociedad y mi compromiso es firme para conseguirlo.