«Un desastre, una tragedia». Así define la ganadera gallega Yésica Cela lo sucedido en la noche del pasado 10 de junio en la explotación ganadera que tiene a 200 metros de la población de Triacastela, en la provincia de Lugo, por donde pasa el Camino de Santiago.
Un ataque de cánidos le dejó casi tres decenas de ovejas muertas en sólo unas horas: «Sentimos una impotencia tremenda. Aparte del amor que le tienes a los animales, está la parte económica, ya que es un duro palo para nosotros, porque las indemnizaciones llegarán tarde y mal, puesto que hasta dentro de un año no las veremos y además no pagarán lo que valen realmente nuestros animales», denuncia.
«No estamos hablando de que tengamos las ovejas a dos kilómetros, sino al lado del pueblo»
La ganadera explica que, cuando fueron de mañana, se encontraron 14 ovejas muertas y las otras 14 malheridas, «pero han ido muriendo poco a poco hasta ser 28 las muertas a día de hoy», relata Cela. «Imagínate el dolor que pasarían algunos ejemplares, puesto que a una de ellas la dejaron en carne viva, con la piel colgando, y tuvo que estar esperando el trance final unas horas hasta que el veterinario pudo venir y sacrificarla. No quiero ni pensar lo mal que lo pasaría el animalito», se lamenta esta ganadera de Triacastela que defiende «un control cinegético del lobo» como única solución a lo que está ocurriendo en la zona.
«La verdad es que, desde hace medio año aproximadamente, lo estamos pasando muy mal. Atacan a un ternero, a ovejas… a 200 metros de las casas. No estamos hablando de que tengamos las ovejas a dos kilómetros, sino al lado del pueblo. La Administración no hace caso, cada vez hay más ataques y, para pagar, ya nos dijeron los agentes forestales que tardarían más de un año», vuelve a repetir Yésica Cela, totalmente «abatida» tras lo sucedido.
Un explotación junto al Camino de Santiago
«Quieren que no se abandone el mundo rural, quieren que tengas el ganado en ecológico y lo tengas fuera de las cuadras… pero luego te dejan abandonado con los ataques de lobo», añade. Sobre el incidente, explica que de noche no escucharon el lamento de las ovejas «porque han colocado un parque eólico en la zona e impide escuchar todo ruido».
Además, esta explotación ganadera se encuentra a tan sólo unos metros del Camino de Santiago: «Hace poco, hicieron un mirador muy bonito y la gente ya tiene incluso miedo de ir paseando por allí y encontrarse con un lobo y también con un oso, que está haciendo ataques por la zona, sobre todo en las explotaciones de apicultura», asegura.
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El mundo rural, harto de la presión a la que le ha sometido el Gobierno desde que en febrero anunciara su decisión de convertir al lobo en especie protegida y prohibir su gestión al norte del Duero, se concentró el pasado miércoles frente al Ministerio de Transición Ecológica y del Reto Demográfico (MITECO) para exigir que no se incluya a la especie en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPE). Estas son las mejores frases de la manifestación.