Hay instantes que nos regala la fauna silvestre que son realmente mágicos, como el siguiente. En él, un corzo es testigo de una danza de dos liebres en pleno celo. Absolutamente impasible, el cérvido permanece como mero espectador de una escena que está dando y mucho que hablar a los cazadores que la han visto.

Hay que tener en cuenta que los líos de faldas de las tímidas liebres, que pasan toda su vida encamadas durante el día, son fáciles de ver al llegar la época de celo, momento en el que pierden su vergüenza y mantienen su actividad durante el día con la siempre atractiva idea de la reproducción. Lo más frecuente es ver a machos en su lucha territorial de las liebres. Esta sirve para que el ganador sea el macho que domine esa parte del territorio y, así, tenga más facilidades para ‘llevarse’ consigo a la hembra y lograr cubrirla durante el celo.

Asimismo, el periodo de celo comienza a finales de enero, con variaciones entre años según las condiciones climatológicas y la dureza del invierno. La filmación habría sido tomada en Francia.

Un enfrentamiento que también se puede producir entre una hembra y un macho antes de la cópula

Como hemos recordado en otras ocasiones, este particular combate suele producirse, de este modo, entre dos machos cuando en las inmediaciones se encuentra alguna hembra en celo, o bien por parte de una hembra y un macho antes de la cópula, aunque en ese caso es más común que este último realice persecuciones y carreras alrededor de la hembra antes del acoplamiento.

Este vídeo recuerda al publicado hace una semana en este medio y filmado por Pedro Arroyo, un fotógrafo amante de la naturaleza y autor de llamativas filmaciones en los últimos años. En este caso, el pasado miércoles 12 de abril se encontraba filmando una pareja de liebres apareándose en un coto ubicado en las cercanías del municipio segoviano de Villacastín cuando varias perdices irrumpieron en el lugar y también aparecieron como meras espectadoras de la escena.